(Todo que ver)
Sin duda alguna, todos los que hemos sido, padres que tratamos de educar a nuestros hijos, con cierta libertad, o con métodos personales, no hay nada que odiemos más, que una tía chismosa, metiche, entrometida, acomedida, pero si no queremos esas molestas intervenciones, pues los errores debemos solventarlos en privado, si son circunstanciales, manejarlos con suma discreción, aunque si los errores en el actuar como padres, son evidentes, o ponen en riesgo inminente a nuestro pequeño hijo, o pueden terminar en una corresponsabilidad por omisión de los presentes, pues no nos debe molestar tales injerencias, solo falta que después de salvarle la vida cualquiera de los presentes, todavía tenga el descaro de reganarlo o señalarlo por no preguntarme si debía intervenir, pues es así lo que pasa en la política en lo que se refiere a México, por señalamientos, recomendaciones desinteresadas de observadores internacionales, periodistas, defensores de derechos humanos, la UNAM, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Green peace, y tantas voces mas, pues ellos hacen señalamientos sobre este niño llamado México, a este padrastro irresponsable, al ver que se le esta ahogando en lodo, y sangre. La postura del episcopado mexicano no es una resultante de ganas de intervención solo por posición, es un grito desesperado de la iglesia católica, de solicitar que reine la paz, que la civilidad y por que no la fé, guie a este país que se ha desbalagado, el ecumenismo por el bien de una sociedad como la nuestra, por un territorio al cual pertenecemos, es por la necesidad de tener un poco de la estructura social que había antes de los 180,000 muertos en este sexenio, el llamado de Obispo Castro y Castro es a salir, a tener una elección pensada, participativa, responsable, amorosa, y comprometida con los ideales de cada uno de los mexicanos, es tratar de revertir el miedo que de forma sistemática se ha formado en la cabeza de todos los que aquí habitamos, en las grandes ciudades, en rancherías, comunidades, estados donde los generadores de miedo han hecho su voluntad, controlan campañas, y hasta tienen candidatos a modo, es algo inaudito que para hacer propuestas, planteamientos, posturas se llegue a estos actos de pedir protección para candidatos, pienso que para tener democracia no deberíamos de tener candidatos con elementos de seguridad…más bien deberíamos de tener seguridad en que nuestros candidatos son resultados de una democracia real, que no obedecen mas que los intereses de los ciudadanos, y del bien común. Este niño no solo se está ahogando, le están rompiendo los huesos, esta bronco aspirando, con un tutor que se niega a que le den los primeros auxilios, con los intereses puestos en no ser contradecidos, en imponer sus caprichos por encima de todo, con un ejercito que controla ciudadanos, y no resguarda fronteras, no ataca delitos federales de alto impacto, no patrulla carreteras, NO…pero cuida aeropuertos, repara carreteras, construye obras, busca huesos exiliados, revisa internet, controla los espacios aéreos, nada mas falta que para ser imparciales, los haga ser ampayers en las ligas de beisbol nacional, o escribir la barra de comedia de la televisión abierta, así de absurdo es lo que pasa, la militarización que paso de: (los voy a regresar a los cuarteles), a ahora tienen todo el poder, es una afrenta a algunos derechos humanos, socavar los espacios entre civiles, y no hablo de los soldados, la mayoría de ellos guardan una férrea vocación, amor a la patria, y conservan el sentido de obediencia que se requiere para ser militar, el obedecer sin cuestionar, tan es así que obedecieron la orden tonta… de un estúpido que llevo a siete jóvenes a una muerte trágica, obligándolos a entrar al mar picado como un ejercicio de poder absurdo y una obediencia sin razonamiento. Pero mejor ni decir nada de los militares y el respeto a los derechos humanos, pues tienen de aliada una comisionada que ahora aplaude a los mandos militares, que avala todos los actos del estado, las omisiones, los abusos, esta defensora descafeinada que cuestiona, y reniega de la propia existencia de la comisión que preside a nivel nacional, ¡si la finada senadora Rosario Ibarra de Piedra viera lo que hace su hija…! seguro se volvería a morir!