(Todo que ver)
Sin duda existe una degradación total de el lenguaje, de la comunicación, y su relación con la veracidad, pues lo que pasa en la actualidad tiene dos caras, la realidad, y la interpretación de la misma, se pueden tener varios puntos de vista ante un mismo acontecimiento, pero cuando el objeto, la razón, o el hecho son contundentes, palpables, reales, y sin lugar a interpretaciones, solo se puede observar, aprender, documentar, perfeccionar, razonar, volverlo parte de una verdad absoluta, tan clara como que el agua moja, el sol es caliente, y la tierra es redonda, los ojos de las autoridades se han puesto solamente en resolver los temas políticos, entre partidos, entre intereses, entre los mercaderes de nuestra sociedad, y por atender estos temas a gran escala, se le ha dejado de dar importancia a la particularidad de los casos que viven los ciudadanos, en temas de justicia, oportunidades, educación, seguridad, salud, alimentación, estado de derecho, certeza jurídica, todo lo que se construye en una sociedad democrática, las permisiones por conseguir votos, las omisiones a cambio de favores, hace que la justicia, la verdad, y el bienestar, se alejen cada ves mas de la mano de los ciudadanos, que la justicia inmediata, pronta, expedita solo sea un sueño, todo esto, abona a este clima de anarquismo, de desigualdad, de falta de oportunidades, una etapa que no es apocalíptica como sugieren los simplistas, pero tampoco es una etapa optimista como lo afirman los ignorantes, con sueños utópicos, con fórmulas mágicas, sin pretender restituir reconstruir, y solidificar el tejido social, hablar de mejoras, de proyectos, de continuidad con el argumento de aquí no pasa nada, es traer a la memoria la frase del peculiar Juan Gabriel (Lo que se ve…no se juzga).
Los recientes acontecimientos en el interior de la Republica Mexicana, en materia de desaparición de personas, de crímenes a plena luz del día, contra todos los miembros de la población, son un foco rojo que tiene que atenderse de fondo. Los estados del norte han perdido la exclusividad en materia de desapariciones, ahora la mayoría de los estados tienen esta problemática, con más de 6 mil doscientos secuestros en lo que va del sexenio de AMLO, los números hablan por si solos, la delincuencia en Guerrero, y Morelos a todo lo que da, las policías infiltradas, los pobladores sentenciados, la iglesia copada, la delincuencia empoderada, controlando el transporte, la ganadería, la siembra, la cosecha, el agua, y sus gobernadores en la fiesta del año de Hidalgo, haciendo la mudanza para sus nuevos cargos con fuero. Lamentable que la atención de victimas colaterales de desapariciones, sea una atención sin el menor tacto, lo único que reciben es largas, vueltas y soluciones que se quedan en el papel, desde los 43 más 1 de Ayotzinapa, el trato a estos temas deja mucho que desear por parte de la flamante hermana de la directora del ISSSTE, la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde Lujan, que con una pluma desapareció a los desaparecidos, en cuestión de segundos, con una desfachatez como si se trataran de objetos, claro a veces avalados por encuestas de INEGI, (ahora al servicio de la presidencia), se pretende desaparecer a los desaparecidos con un dato, buscar con un batallón a los que nadie busca, que es solo un capricho sin sentido… como el general desterrado o huido Catarino Erasmo, son una vergüenza, el gobierno no debe decidir a quien atender o a quien no, se debe atender cualquier petición mientras este motivada, fundamentada, con argumentos, y señalamientos, pues es su derecho a ser atendido, y la obligación de un (PRIMER MANDATARIO). El abrir las puertas a una mujer que viene haciendo el trabajo de este gobierno, no es un premio, es un derecho, la señora Ceci Flores quien a rayo del sol ha buscado un resto orgánico de su ser amado, pero que en la práctica solo ha desenterrado olvido, y se ha topado con piedras llamadas burocracia, ineptitud que impiden la búsqueda, la pala que le venía a entregar al primer mandatario, es para que ese trabajo lo hagan los que cobran por hacerlo, estos actos de desprecio a las víctimas colaterales, no solo pretenden esconder los muertos, también cavan su propia tumba política, hablar mucho sin acción…
¡MUCHO PICO…POCA PALA!