(Todo que ver)
Cual teatro del absurdo, se escribe cada día la adaptación de este guion político, cómico, musical, aunque no sé qué genero acontece al 100 por ciento en esta narrativa, pues tiene toques de drama, comedia, novela, fantasía, lo que si… es que a mi ya me canso, que no veo un desenlace, o como los actores piensan salir de esta interminable aburrida representación, y la desgracia es que la manera en que se resuelva nos afectara a todos los hasta ahora espectadores, de tan ordinario, y vulgar espectáculo. Voy a ir al grano, y estos calificativos que surgen de mi indignada pluma, hablan de los sucesos en nuestro México, que en estos momentos históricos, no inspirarían ni una canción, mucho menos un himno nacional, himno que por cierto se escucha por lineamientos establecidos, para llevar una ceremonia oficial, cívica, o escolar, a ninguna estrofa escrita por Francisco González Bocanegra, se le ha hecho justicia o se practica en la actualidad, y menos por los que nos gobiernan, pareciera que ellos caminan por la historia tarareando otros himnos desconocidos para los que nos decimos, nacionalistas, patriotas, demócratas, la guerra que en el inicio refiere a tomar las armas contra los enemigos de la nación, ahora se fomenta entre los propios mexicanos, divididos entre lo que necesitan, lo que les prometen, y lo que poco saben, los cañones que resuenan ahora se utilizan en la prensa oficial, bombardeando las débiles, temerosas y hambrientas conciencias de los que hace tiempo dejaron de importar a las clases políticas, los extraños no solo han pisado nuestro suelo, si no han profanado nuestros bienes, trayendo doctrinas que son un fracaso, aun después de fallar en sus propios países, las venden como exitosas y echan las campanas al viento con replicares victoriosos, pero en el fondo suenan llenos de dolor, como el que vive, Haití, Cuba, Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, quienes están o son victimas de populismos actuales, o de las secuelas del pasado. Los soldados dispuestos a la defensa de la patria, de sus habitantes, de sus colindancias, están siendo obligados a cuidar los aeropuertos, a la construcción, a espiar a la prensa, a otras funciones, no son los soldados que el divino del cielo, nos proporciono en cada uno de nuestros hijos, las fuerzas armadas al servicio de caprichos, de unos cuantos hombres sin escrúpulos, o con poco amor a su uniforme, y a la nación, aunque se que en los soldados, la tropa, el pueblo con uniforme, hay hombres y mandos muy valientes.
La sangre que ha corrido, no ha servido para liberar al país de injerencias, de la opresión, de la injusticia, ni de la libertad, es al revés toda esa sangre es el resultado de la falta de amor por los nuestros, y aunque no todos los actos son realizado por los gobernantes, la persecución, el enjuiciamiento, la obtención de justicia, si es una responsabilidad del estado, no hay como tal un sepulcro de honor, cuando ni siquiera se encuentran los cuerpos, cuando el olvido de la autoridad, el desprecio por las justas y legales peticiones de las verdaderas víctimas, es vergonzoso, los clamores de sus familiares, y de una sociedad, son ignoradas, o minimizadas, para NO hacerse cargo de sus responsabilidades, por cierto bien pagadas, con sueldos, prestaciones, y por que no… hasta negocios para la familia.
Lo que pasa en este país, de secuestros masivos, de obras corruptas, inservibles, asesinatos a plena luz del día, donde se caen las cosas que no se cimientan más que en la ambición, la corrupción, que no vuelan mas que en sus mentes, que se desvían o descarrilan por falta de honestidad, honradez, claridad, donde las cifras se manipulan, los registros se borran, las pruebas se queman, así como quemaron las esperanzas de justicia de los 40 calcinados en la estación migratoria de Ciudad Juárez, los directores como Garduño caminan impunes, ostentando su amistad con el poder, me imagino que si se convocara en estos momentos a Jaime Nuno y a Fco. González Bocanegra a hacer un himno de la actualidad, terminaría siendo un barato corrido tumbado, un reguetón, o alegarían falta de inspiración.
¡¡¡Hagamos un himno el 2 de junio!!!