Por Mario Victorino
Ciudad de México, 15 de abril de 2024 — En un esfuerzo continuo por combatir la corrupción, México ha enfrentado desafíos significativos pero también ha logrado avances notables en los últimos años. En este artículo, exploraremos los retos que persisten y los pasos que se han dado para fortalecer la integridad y la transparencia en el país.
El Contexto
La corrupción ha sido una preocupación constante en México, afectando a todos los niveles de gobierno, desde lo local hasta lo federal. Los ciudadanos han expresado su frustración ante casos de sobornos, nepotismo y malversación de fondos públicos. La percepción de corrupción erosiona la confianza en las instituciones y obstaculiza el desarrollo económico y social.
Los Retos
Impunidad: Uno de los mayores obstáculos es la impunidad. A menudo, los funcionarios corruptos no enfrentan consecuencias legales debido a la falta de investigaciones efectivas y a la lentitud del sistema judicial.
Colusión: La relación entre el crimen organizado y algunos sectores gubernamentales sigue siendo un problema. La colusión entre funcionarios y grupos delictivos dificulta la erradicación de la corrupción.
Falta de Transparencia: La opacidad en la gestión de recursos públicos y la falta de acceso a información dificultan la rendición de cuentas.
Los Avances
Sistema Nacional Anticorrupción (SNA): Establecido en 2015, el SNA busca coordinar esfuerzos entre diferentes instancias para prevenir y sancionar actos de corrupción. Aunque aún enfrenta desafíos de implementación, representa un paso importante.
Ley de Extinción de Dominio: Esta ley permite la confiscación de bienes adquiridos ilícitamente. Ha resultado en la recuperación de propiedades vinculadas a la corrupción.
Mayor Participación Ciudadana: La sociedad civil y los medios de comunicación han jugado un papel crucial al denunciar casos de corrupción y presionar por cambios.
El Camino por Recorrer
A pesar de los avances, México aún tiene un largo camino por recorrer. Se requiere una mayor voluntad política para fortalecer las instituciones, mejorar la eficiencia judicial y garantizar la transparencia en la administración pública. La colaboración entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado es esencial para lograr una verdadera transformación.
En conclusión, la lucha contra la corrupción es un desafío constante, pero con determinación y acciones concretas, México puede avanzar hacia un futuro más íntegro y justo.