Por ALEJANDRO RAMOS MAGAÑA
Ante la postura omisa de las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de los gobiernos estatales y municipales, el Lago de Cuitzeo enfrenta una de sus peores crisis ambientales que lo están llevando a su desaparición.
Este cuerpo lacustre –con 400 kilómetros cuadrados de superficie, es el segundo más grande del país después del Lago de Chapala–, ha sido impactado severamente por la tala clandestina, la excesiva extracción del agua para uso en la agricultura y ganadería, por descargas del drenaje urbano, contaminación por los residuos de las industrias químicas, porcícolas y de papel, así como por fenómenos vinculados al cambio climático (sequías extremas y altas temperaturas).
La cuenca de este lago la conforman 27 municipios, de los cuales 22 corresponden al estado de Michoacán y 5 a la entidad de Guanajuato; dichas localidades carecen de un sistema integral de tratamiento de aguas residuales por lo que tienen como depósito final este cuerpo de agua, del cual dependen más de 200 mil personas vinculadas a las actividades de pesca, turismo, agricultura y ganadería.
La deforestación en esta región es otro de los graves problemas que no sólo acelera la erosión de suelo y provoca intensas tolvaneras (que originan diversos males gastrointestinales, respiratorios, cutáneos y oculares), sino que impacta severamente a los ecosistemas y perturba el clima.
De acuerdo con el Plan de Desarrollo Integral del Estado de Michoacán 2015-2021, la entidad ocupa el cuarto lugar a nivel nacional por suelos erosionados con una tasa de deforestación en promedio anual de 66 mil 700 hectáreas por actividades agrícolas y ganaderas.
Pobladores y expertos en materia hidráulica aseguran que el problema empezó hace más de 40 años y se ha venido agudizando por la falta de planeación urbana y por la tolerancia y omisión de las dependencias de los diferentes ámbitos de gobierno que dejan que el ecocidio avance hacia la extinción del cuerpo lacustre.
Además, la construcción de dos autopistas dejó prácticamente partido a la mitad al lago, por lo que una parte posee agua y la otra se encuentra desértica.
Integrantes de la Asociación Civil Amigos del Lago de Cuitzeo señalan que este embalse natural cuenta con un 10% de agua, debido al irregular manejo del recurso; sólo en el mes de noviembre las lluvias le permiten una recuperación, pero el resto del año el 90% del líquido se evapora, entre otros factores por el cambio climático, cambios de uso de suelo, deforestación y tala ilegal de mezquiteras.
Dicha organización solicitó a las autoridades de la Federación delimitar la zona federal del lago sin disminuir su superficie –ya que esto provocaría asentamientos ilegales y el arrasamiento de la masa forestal–, y piden que sean reubicadas las familias que han invadido el vaso del lago. Además, demandan que el Lago de Cuitzeo sea declarado Zona de Restauración Ecológica, que se reestructure el Consejo de la Cuenca y se construya un vivero de plantas endémicas (como es el caso de los mezquites) para restaurar el embalse natural.
Estas peticiones ya se encuentran en manos de personal de la Semarnat, pero debido a la pandemia de la COVID-19 el contacto se frenó, y las autoridades no se han vuelto a acercar a la zona. Lo mismo ocurre con el personal de la Conagua, que conoce de la gravedad que enfrenta el lago, y no le ha dado seguimiento.
Al gobierno federal no le interesa este caso, me dice un grupo de pobladores, pues presidentes municipales de los estados de Guanajuato y Michoacán han enviado cartas a las autoridades correspondientes, y no han tenido respuesta.
En junio de 2019, el Consejo Consultivo del Agua, A.C., cuyo presidente del Consejo Directivo es Víctor Lichtinger Waisman (quien fue titular de la Semarnat 2000-2003), lanzó el proyecto ITSÏ (que significa agua en purépecha), mediante el cual se busca conjuntar el arte y la cultura para impulsar un plan integral de desarrollo sustentable para lograr la rehabilitación del Lago de Cuitzeo.
Lichtinger, en una entrevista que sostuve con él el año pasado, señaló que la iniciativa es una llamada de alerta para salvar el lago, y para ello convocó a 32 escultores, de los más importantes de México, para que desarrollen igual número de piezas escultóricas monumentales y con ello generar conciencia en la sociedad sobre el cuidado del agua, así como para transformar los hábitos de los pobladores del Lago de Cuitzeo.
La intención es colocar cada una de las esculturas monumentales alrededor de la ribera del lago, y que se convierta en un espacio escultórico junto con un plan de saneamiento general del cuerpo de agua, de ordenamiento urbano y reforestación de la región.
El diseño de las esculturas ya quedaron plasmadas en 32 maquetas, bajo la dirección del artista Eloy Tarciso, y entre los escultores se encuentran Gabriel Maotela, Miguel Peraza, Hersúa (nombre artístico de Manuel Hernández), Jesús Mayagoitia, Vicente Rojo, entre otros.
En febrero de 2020, los artistas expusieron sus maquetas en la ciudad de Morelia, Michoacán, con el fin de iniciar una campaña de patrocinios para desarrollar sus obras, y cuando proyectaban llevar la exposición a las ciudades de Guadalajara, León, Toluca y Querétaro, así como en el propio Lago de Cuitzeo, estalló la emergencia sanitaria en el país y suspendió la iniciativa, y aún no hay claridad si el proyecto seguirá adelante este año.
Lichtinger está consciente de que el proyecto es a largo plazo y prevé que la rehabilitación se logre en 10 años, siempre y cuando se mantengan trabajos sistemáticos ininterrumpidos, y con ello detonar un polo turístico y pesquero, el cual se ubica a casi 3 horas de la Ciudad de México.
Como en muchos casos de rescate ecológico en el país, la lección la brinda la sociedad civil. Es lamentable que este tema no se aborde en las mañaneras del vocero-presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sigue prefiriendo ese espacio para actos propagandísticos.
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