Fecha: 2022-02-04

​​​​​POR RAQUEL MENDOZA

 
 La escultura de Miguel Peraza “El hombre del portafolio” fue reportada con un daño parcial a principios de enero pasado. La obra no tenía una pieza: el portafolio. En un primer momento el artista alertó que podría tratarse de un hecho intencional, pero no fue así. 

La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Secretaría de Seguridad Ciudadana trabajaron en conjunto para localizar la pieza y lo lograron, la cual actualmente se encuentra en manos del artista para su restauración. 

Se determinó que, a partir de la grabación de las videocámaras, el desprendimiento fue accidental y no producto de actos vandálicos, como sí ocurrió el 5 de mayo de 2020 cuando fue destruida parcialmente.
 
La escultura representa la historia de la sociedad, “son testimonios del transcurrir histórico”, afirmó en entrevista Miguel Peraza.
 
“Si no cuidamos el acervo, perdemos parte de nosotros. Si no se protege ese patrimonio, se pierde la memoria. Si las personas se identifican o apropian de un monumento ello tiene que ver con la idea de que la obra es un vehículo de transmisión de identidad cultural, de conocimiento, de comunicación o de intervención, lo cual es exactamente lo que sucede con ‘El hombre del Portafolio’, quizás sucede porque es una pieza que todo capitalino ubica y con la cual nos sentimos identificados, un hombre como cualquiera de nosotros,
camino al trabajo en la avenida de los rascacielos”.
 
El artista precisó que es obligación de las autoridades proteger y conservar estos bienes para así transmitir a las nuevas generaciones el patrimonio cultural. “El papel del patrimonio cultural está fuertemente ligado con la enseñanza de la historia, siendo este una herramienta para el reconocimiento cultural y la construcción de un sentimiento identitario, ya que el patrimonio es una perfecta conexión con el pasado, el cual ayuda a construir identidades colectivas inclusivas, y permite trabajar la conciencia crítica y la comprensión de las sociedades del pasado y el presente, para poder establecer el origen de posicionamientos futuros”.
 
Peraza resaltó que la educación patrimonial, es una actuación necesaria e imprescindible que actúa como relación entre las personas y los bienes, utilizando para ello las esencias del patrimonio que no son sino los sentimientos de propiedad, pertenencia, cuidado, transmisión y, sobre todo, identidad.
 
“Debe haber una perspectiva constructiva del patrimonio, donde vaya cambiando y adaptándose a las dinámicas sociales, tecnológicas y económicas. Hay que entender que de una época a otra las comunidades se identifican y relacionan con el patrimonio de manera diferente y que de esta forma también cambia la identidad y la memoria. El patrimonio tangible es una herramienta para que la comunidad se acerque a la historia, la interprete, la valore y se apropie de ella según las condiciones del momento, esto promueve una ciudadanía activa, crítica y democrática”.  
 
“Lo que es muy importante cuando suceden estos accidentes es no abandonarlas para que no terminen completamente destruidas”, finalizó el escultor, docente y ganador de un premio Ariel.