POR RAQUEL MEMDOZA
Foto: ESPECIAL
El investigador Ruy Pérez Tamayo dejó una honda huella en la comunidad científica del país. Quien fuera profesor Emérito de la UNAM durante casi 60 años y fundador de la Unidad de Investigación en Medicina Experimental de la Facultad de Medicina, la cual dirigió, recibió un merecido homenaje a 20 días de su fallecimiento.
La Fundación Miguel Alemán A.C. y el Seminario Interdisciplinario de Bioética, rindieron un homenaje al doctor tampiqueño, Ruy Pérez Tamayo. El miércoles 16 de febrero participaron en el homenaje personajes como el Dr. José Halabe, vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina de México; la Dra. Annie Pardo Cemo, profesora de Bioquímica y Biología Molecular de la Célula; el Dr. Luis Felipe Abreu Hernández, Secretario de Planeación y Desarrollo Institucional en la Facultad de Medicina de la UNAM; entre otros.
En este acto, moderado por Juan Pedro Laclette, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas, cada uno de los panelistas destacó la labor académica, científica, de divulgación, pero sobre todo , el humanismo que tuvo el Dr. Pérez Tamayo, ya que ésta fue más allá del conocimiento, a construir mejores personas.
En palabras de ellos, a través de los años, su compromiso fue el proyectar e impulsar a la ciencia y a su comunidad.
“Conocí a Ruy Pérez Tamayo hace alrededor de 50 años, cuando era mi maestro de Patología en la Facultad de Medicina de la UNAM. Sin duda, fue uno de mis grandes maestros en esa facultad, donde algunas de sus enseñanzas me marcaron por el resto de mi vida”, relató el médico y parasitólogo, Adolfo Martínez Palomo. En esta institución, recuerda, fue un compañero amistoso, educado y siempre alentó el trabajo de los demás.
El mayor aporte de Pérez Tamayo a la medicina mexicana, según el del Cinvestav, fue su labor como docente en la Facultad de Medicina de la UNAM, la cual será recordada.
Ruy Pérez utilizó principios de vanguardia para describir cómo se originan las enfermedades en diversas partes del cuerpo humano, revolucionó la práctica médica en el país.
Jugó un papel decisivo en actualizar el Hospital General con los descubrimientos médicos modernos a mediados del siglo XX. Como patólogo, tuvo un impacto en un campo que es fundamental para la medicina: la patología nos permite comprender mejor por qué la salud se deteriora para que podamos repararla y restaurarla mejor, según el Dr. José Halabe.
Halabe también mencionó que, “fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes de la medicina mexicana, él, Guillermo Soberón, Jesús Kumate, Ramón de la Fuente, Bernardo Sepúlveda, entre otros más, constituyeron la base sobre la cual la medicina mexicana se hizo de manera más efectiva y moderna”.
Los científicos mencionaron su tristeza por el fallecimiento del investigador Pérez Tamayo, sobre todo, por el contexto nacional que enfrenta la ciencia y la medicina nacional. “Lo lamento mucho porque nos deja un hueco en situaciones particularmente difíciles, cuando la ciencia no está en buenas manos y la medicina también pasa por una época muy difícil”, puntualizó el Dr. Carlos Viesca Treviño.
El médico también escribió mucho, recuerda Adolfo Martínez, y en el Colegio Nacional su obra consta de 26 volúmenes que integran cerca de 50 libros de ciencia y medicina. Dada su amplia trayectoria en divulgación, el Fondo de Cultura Económica instauró el Premio Internacional de Divulgación Científica que lleva su nombre.
Ruy Pérez Tamayo falleció el 27 de enero pasado a los 97 años. El investigador estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se especializó en patología. También realizó posgrados en la Universidad de Washington en San Louis, Missouri, y se doctoró en inmunología en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
“La comunidad científica de nuestro país ha perdido a uno de sus mayores representantes”, expresó María Elena Medina-Mora.
En 1954, Pérez Tamayo fundó en el Hospital General de México la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM.