Por Raquel Mendoza
Expertos defendieron las escuelas de tiempo completo en el país.
A través de un foro, realizado el viernes pasado, discutieron sobre la decisión de desaparecer las escuelas de tiempo completo por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), lo que implicaría dejar a 3.6 millones de estudiantes sin horas tradicionales de clase y alimentación, “alumnos concentrados en zonas de alta marginación social”, enfatizó el moderador, Luis Figueroa.
El programa que existe desde 2006 ha logrado varios impactos, la senadora Beatriz Paredes incluso se ha referido al programa como “la conquista más relevante en el sistema educativo”.
Claudia Pérez, profesora de tiempo completo y Liliana Arellano, madre de familia, se encontraban presentes para dar su testimonio.
Claudia Pérez aseguró que la alimentación en estas escuelas es de vital importancia pues, se tratan de “alimentos con los cinco grupos de alimentación y muchas veces el alimento que consumen los niños es su único alimento en todo el día”.
“¿Qué hacemos si nos los mandan sin armas?”, cuestionó la profesora ya que, muchas de las veces, no existen siquiera los recursos para poder tener un lápiz o una goma. “El gobierno apoya con el aspecto nutricional, pero 8 horas con un niño que no lleva los elementos básicos nos pone en un conflicto a nosotros como maestros, porque no es entretenerlos, se trata de un proyecto que tiene una finalidad de ayudarles con su formación”.
La profesora finalizó asegurando que se trata de una “tarea titánica”.
Liliana Arellano, madre de familia, aseguró que “el dejar a nuestros hijos en una escuela de tiempo completo nos da la oportunidad de trabajar tranquilamente porque sabemos que nuestros pequeños están recibiendo una educación completa”.
La madre de familia aseguró les afecta mucho ya que ella no cuenta con los recursos para poder enviar a su hija a clases de inglés o danza, cursos que le eran posibles gracias a la existencia de las escuelas de tiempo completo.
La hija de Arellano se encontraba en segundo lugar del cuadro de honor y se puso “muy triste” cuando su madre le tuvo que informar que ya no sería así, lamentó Arellano.
“Ahora que los niños se quedan solos y las mamás no tenemos los recursos para llevarlos a otros lados nos pasa a afectar mucho”.
Arellano asegura que por constitución el Estado debe de velar primero por el interés del menor y la decisión de cerrar las escuelas de tiempo completo les afecta, porque “les quita la oportunidad de que aprendan más y (de obtener) el alimento”.
Francisco Arenas aseguró que 16 estados se han pronunciado por mantener el programa, “prácticamente la mitad del país estaría manteniendo el programa con recursos propios estatales”.
Arenas aseguró que el impacto de la pandemia fue principalmente en el subsistema de la educación básica, “era conmovedor ver todo lo que venían haciendo y siguen haciendo nuestros maestros y maestras”.
El maestro mencionó que se trataba de “una muerte anunciada”, puesen los últimos dos años el gobierno federal iba reduciendo la asignación de recursos, “no había interés por parte del gobierno federal”, aseguró.
Se refirió como “una barbaridad” al hecho de tomar fondos del programa La Escuela es Nuestra pues, “jamás puedes aplicar recursos de infraestructura a programas que deben estar destinados a la materia formativa”.
Arenas finalizó mencionando que los recursos ya fueron retirados y aunque los gobiernos estatales se han pronunciado por mantener el programa, aún no existe nada seguro, ya que no han dotado de programas económicos ni logísticos.
Los expertos finalizaron invitando a la sociedad civil a participar ayudando a niños de escuelas de tiempo completo pagando los alimentos en escuelas de tiempo completo.