Menu
Inicio
Nacional
Internacional
Educación
Escaparate
Salud
Deportes
ENTRETENIMIENTO
Opinión
Estados
CIUDAD Y METRÓPOLI
MEDIO AMBIENTE
RELIGIÓN
CULTURA
Revista
Contacto

Noticia

Cúpula de calor




Fecha: 2022-04-25


Por ALEJANDRO RAMOS MAGAÑA 


La “cúpula del calor” e incendios forestales han impactado este año a Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón, España, Alemania, Grecia, Italia, el Ártico-Siberia, Rusia, Groenlandia, India, China, México, Honduras, Venezuela, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil; en el continente africano los más afectados fueron Túnez y Argelia, entre otras regiones.


Las temperaturas promedio en estas regiones estuvieron entre los 40 y 51 grados Celsius, siendo unas de las olas de calor más impactantes de los últimos tiempos, y los termómetros llevan seis años consecutivos con incrementos sostenidos de calor en todo el mundo. Por ejemplo, la comunidad científica alerta que en el caso del Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta, y el permafrost siberiano se está derritiendo en forma acelerada.


El incremento de la temperatura en el planeta continúa su marcha arrasadora con extensas sequías e incendios forestales, los cuales contribuyen más al calentamiento global al liberar grandes emisiones de dióxido de carbono.


La quema de combustibles fósiles, desde el uso del carbón, gas, gasolinas y el combustóleo (con alto contenido de azufre) en la era moderno-industrial, ha provocado una catástrofe en el planeta con el cambio climático.


Las huellas de carbón siguen vigentes como generador de energía en muchas naciones como Estados Unidos, China, Indonesia, Pakistán, y en el caso de México, lo utiliza la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para generar energía eléctrica, con lo que este gobierno de López Obrador incumple con los compromisos internacionales para transitar al uso de energía renovables, y el gobierno federal no muestra planes de desaparecer gradualmente su uso, y de esta manera abona a intensificar los peores efectos del cambio climático en el país, así como los daños a la salud por contaminación atmosférica.


De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, de 1985 a 2020, la temperatura promedio en México aumentó 2 grados Celsius (al pasar de 27.9 grados C a 30.1), cuyos aumentos de temperatura se han agravado en los últimos 15 años. Y la temperatura de la superficie del planeta —indica la NASA—, ha aumentado 1.18 grados Celsius desde fines del siglo XIX.
El saldo es devastador: los mares se calientan y han aumentado su nivel en 8 pulgadas en el último siglo, las capas de hielo pierden extensiones, los glaciares desaparecen o se achican en el mundo, entre los efectos de sequías y aumento de corredores secos en los continentes.


El carbón es una poderosa fuente de energía y los geólogos indican que existen millones de toneladas en el subsuelo, por eso no cesa la explotación a manos de compañías multinacionales.


La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) ha lanzado alertas sistemáticas sobre la amenaza del mar a ciudades costeras en el mundo, debido a que el cambio climático provoca el derretimiento de glaciares cambiando los patrones de circulación del mar, el cual se expande mientras se calienta y altera sus niveles como está ocurriendo en el Océano Pacífico.


Pero la información de la NASA apunta a que las ciudades costeras mundiales serán lugares más peligrosos en esta era del cambio climático, y de acuerdo con sus proyecciones del nivel del mar entre 2020 y 2150, advierte la desaparición de playas principalmente en el Pacífico, lo que en el caso mexicano impactaría a Acapulco, Los Cabos, Manzanillo, Mazatlán, entre otras regiones costeras.


El aumento en el nivel de los mares provocará esta situación catastrófica en los próximos 130 años, lo que implica una gran llamada de alerta para todos los gobiernos para que intensifiquen sus programas ambientales para frenar las emisiones que generan el calentamiento global.


Vale subrayar que el cambio climático no sólo afecta ecosistemas, también es un gran obstáculo para el desarrollo económico y social.


En tanto, la NASA creó una herramienta ‒en colaboración con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU‒ para que desde cualquier parte del mundo se pueda monitorear cómo van cambiando las costas a consecuencia del calentamiento global, y que al pronosticar escenarios futuros, los gobiernos impulsen planes y políticas para mitigar y adaptarse a la emergencia climática por la que atraviesa el mundo.


La herramienta de la NASA se puede consultar en EARTHDATA.


Cada vez las mayores emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), ejercen mayor presión a la atmósfera lo que trae como consecuencia temperaturas más altas a nivel histórico, como en Argentina que a principios de este año alcanzó el récord de más de 40 grados Celsius, siendo en enero el país más caliente del planeta.


Desde hace 30 años se han desarrollado las COP y en 2015 en París, de donde se desprendió el Acuerdo de París, para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2 grados C; aumentar la capacidad de adaptación al cambio climático e incrementar los flujos financieros para el desarrollo resiliente y con bajas emisiones de gases efecto invernadero. En noviembre pasado en la COP 26 en Glasgow se refrendó el reconocimiento de la emergencia climática e intensificar las acciones por el clima, pero los resultados sobre la eliminación del uso del carbono no fueron contundentes. Sólo se estableció la “reducción gradual” a nivel mundial en lugar de su “eliminación total”.


Adrián Fernández, director ejecutivo de Iniciativa Climática de México, me precisa que tampoco se ha generado un consenso sobre la eliminación del carbón en la generación de electricidad, y sólo cinco miembros del G-20 han definido fechas para sustituirlo y otros 13 países han establecido restricciones para su financiamiento. Y para cumplir con el Acuerdo de París, todos los países, incluido México, deben retirar el uso del carbón para generar electricidad antes del 2030. 


Con el gobierno de López Obrador, México se estancó en las metas para reducción de emisiones y no hay claridad en la política ambiental para alcanzar la meta universal de neutralidad del carbono hacia 2050.


El carbón detonó, como combustible, la era industrial, y ahora es urgente acelerar la transformación de la economía mundial, de lo contrario la devastación por la crisis climática será más impactante que la actual pandemia por COVID-19.


 


 


 


 


EL CONTENIDO EXPRESADO EN LOS ARTÍCULOS SON RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE LOS AUTORES Y NO REPRESENTAN LA POSTURA POLÍTICA DEL DIARIO CLARO CLICK INFORMATIVO.





Comentarios


*Cada noticia esta sujeta a 10 comentarios de 200 caracteres.


0/200