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La alegría de una madre




Fecha: 2022-05-09


Por Manuel Corral Martín


Dentro de unas horas estaremos celebrando una “fiesta” que no es fiesta, pero la consideramos como si lo fuera. Nos referimos al "Día de la Madre”. Celebración que tanto en México como otros países de Latinoamérica, tiene una gran relevancia. Celebramos a la madre, además de progenitora, como la mujer que siempre se desvive por sus hijos y, en definitiva, por toda la familia. Mujer abnegada, entregada e incluso, hasta dar la vida por sus seres queridos.


Sin embargo, no es nuestra intención escribir aquí sobre las bondades de una madre que bien conocemos los que hemos experimentado su cariño y atenciones. Hoy queremos hablar de otra madre, María de Nazaret, madre de Jesús y “madre nuestra”. Una mujer que llena de alegría es capaz de transmitir a su hijo y a cada uno de nosotros lo que es vivir una vida plena sirviendo a los demás. Esa es la fuente más grande de gozo y plenitud.


“Alégrate”. Es lo primero que María escucha de Dios, y lo primero que hemos de escuchar también nosotros. “Alégrate”: esa es la primera palabra Dios a toda criatura. En estos tiempos, que a nosotros nos parecen de incertidumbre y oscuridad, llenos de problemas y dificultades, lo primero que se nos pide es no perder la alegría. Sin alegría, la vida se hace más difícil y dura. Es cierto que son muchos los miedos que pueden despertarse en nosotros. Miedo al futuro, a la enfermedad, a la muerte. Nos da miedo a sufrir, sentirnos solos, no ser amados. Podemos sentir miedo a nuestras contradicciones e incoherencias. El miedo es malo, hace daño. El miedo ahoga la vida, paraliza las fuerzas, nos impide caminar. Lo que necesitamos es confianza, seguridad y luz.


Sin embargo, la alegría no es fácil. A nadie se le puede forzar a que esté alegre; no se le puede imponer la alegría desde fuera. El verdadero gozo ha de nacer en lo más hondo de nosotros mismos. De lo contrario será risa exterior, carcajada vacía, euforia pasajera, pero la alegría quedará fuera, a la puerta de nuestro corazón. La alegría es un regalo hermoso, pero también vulnerable. Un don que hemos de cuidar con humildad y generosidad en el fondo del alma. El novelista Hermann Hesse dice que los rostros atormentados, nerviosos y tristes de tantos hombres y mujeres se deben a que “felicidad solo puede sentirla el alma, no la razón, ni el vientre, ni la cabeza, ni la bolsa”.


Pero hay algo más. ¿Cómo se puede ser feliz cuando hay tantos sufrimientos sobre la tierra? ¿Cómo se puede reír cuando aún no están secas todas las lágrimas y brotan diariamente otras nuevas? ¿Cómo gozar cuando dos terceras partes de la humanidad se encuentran hundidas en el hambre, la miseria y la guerra?


La alegría de María es el gozo de una mujer creyente que se alegra en Dios salvador, el que levanta a los humillados y dispersa a los soberbios, el que colma de bienes a los hambrientos y despide a los ricos vacíos. La alegría verdadera solo es posible en el corazón del que anhela y busca justicia, libertad y fraternidad para todos. María se alegría en Dios, porque viene a consumar la esperanza de los abandonados.


Solo se puede ser alegre en comunión con los que sufren y en solidaridad con los que lloran. Solo tiene derecho a la alegría quien lucha por hacerla posible entre los humillados. Solo puede ser feliz quien se esfuerza por hacer felices a los demás. Solo puede celebrar la vida quien busca sinceramente el nacimiento de un hombre nuevo entre nosotros.


Por eso, hoy que estamos celebrando el “Día de la madre”, podemos saber lo que ellas sienten, como lo sintió María, al dar vida así como la alegría que sintieron al traer una nuevo ser al mundo. Porque Dios ama, por encima de todo, la continuidad de la vida, la protección de la vida. Lo que más caracteriza al Dios del cristianismo es este amor por la vida, expresado por el valor, la bondad y bendición que se elogia en los textos del Evangelio referidos a María y a otras mujeres que seguían a Jesús en el anuncio del Reino. Por eso, la ejemplaridad de María nos dice con fuerza que lo más importante, que podemos hacer, es respetar y defender la vida. Sobre todo, contra aquellos que atentan contra la vida de los niños, las mujeres, los pobres.


FELICIADADES MAMÁS EN ESTE DÍA TAN ESPECIAL. GRACIAS POR SU ENTREGA Y CARIÑO


 


 


EL CONTENIDO EXPRESADO EN LOS ARTÍCULOS SON RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE LOS AUTORES Y NO REPRESENTAN LA POSTURA POLÍTICA DEL DIARIO CLARO CLICK INFORMATIVO.





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