Por Arturo Meneses Mata
El desarrollo y la consolidación del turismo a nivel internacional es un tema que paulatinamente ha tomado más importancia dentro de las agendas de las naciones. Hablar de turismo implica ahondar en un gran abanico de componentes que lo integran: el sistema de transportación (terrestre, líneas aéreas), la hotelería o los servicios de hospedaje, la oferta de espectáculos, las agencias de viajes, los intérpretes, los guías de turistas, la infraestructura que incluye las redes de conexión y conectividad que facilitan el traslado de los turistas y el sistema de seguridad que brindan los países para el desarrollo y el ejercicio del turismo.
Pero ¿qué entendemos al escuchar la palabra turismo? Y ¿cuál es la importancia de este sector en la economía internacional y para la composición de economía de los distintos países entre ellos Brasil? De acuerdo con Oscar de la Torre Padilla en el libro “El turismo fenómeno social” (1980) El turismo es un fenómeno social que consiste en el desplazamiento voluntario y temporal de individuos o grupos de personas que, fundamentalmente por motivos de recreación, descanso, cultura o salud, se trasladan de su lugar de residencia habitual a otro, en el que no ejercen ninguna actividad lucrativa ni remunerada, generando múltiples interrelaciones de importancia social, económica y cultural. Es decir, existen diversas razones por las cuales los individuos ejercen turismo tanto a nivel endógeno (turismo nacional o turismo doméstico) como a nivel exógeno (turismo internacional) a saber: por placer, por salud, por misiones científicas, académicas, diplomáticas, deportivas o de negocios. Por otra parte, la Organización Mundial del Turismo (OMT) que es el organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos sintetiza y da a conocer datos como los siguientes: 1 de cada 10 empleos en el mundo es generado por el turismo, de igual manera, este sector representa el 10% del PIB mundial; además de generar una relación directa con el desarrollo de distintas naciones, la preservación cultural y la protección del medio ambiente lo cual denota la importancia que tiene el turismo para la economía alrededor del globo.
Mientras tanto, el artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos sostiene que “toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”, lo cual brinda el marco jurídico internacional para el ejercicio el turismo entendido como un derecho humano que contempla el acceso al tiempo libre, al ocio, a la recreación y al entretenimiento.
Bajo esta lógica, Brasil se inserta como una nación con un enorme potencial turístico debido a su diversidad cultural y principalmente, a las bellezas naturales de su inmenso territorio. Sitos como Pão de Açúcar, Bahía de Guanabana, Ipanema, Copacabana, el Museo do Amanhã, Flamengo, las escaleras de Selaron, Bahía de Botafogo son un referente en Rio de Janeiro, el Parque Nacional Lençóis Maranhenses en Maranhão, el Parque Nacional do Iguaçu, el Parque das aves Iguaçu, Macuco Safari Iguaçu y la Garganta do Diabo ubicados en Paraná remiten al ejercicio del turismo cultural y del ecoturismo, respectivamente. Mientras tanto, São Paulo se ha perfilado como un importante centro financiero en Brasil, consagrándose como la ciudad más poblada del país. Así también, lo han hecho Recife en Pernambuco, Belo Horizonte en Minas Gerais y la Catarata Véu da Noiva en Mato Grosso.
Uno de los sitios más icónicos de todo Brasil es el Cristo Redentor o el Cristo del Corcovado ubicado en Rio de Janeiro, símbolo de la fe y alegría de los brasileros; se encuentra a una altura de 30 metros, sobre un pedestal de 8 metros, en una elevación 386 metros, pesa 1.145 toneladas y está construida en granito, inaugurado el 12 de octubre de 1931, es importante señalar que el 7 de julio de 2007, el Cristo Redentor fue incluido entre las siete nuevas maravillas del mundo moderno.
El turismo brasileño vive un momento único: mientras que el PIB nacional creció un 1,1% en 2018, el turismo registró un incremento del 3,1% en el mismo período. No obstante, dicho sector aún muestra una dimensión reducida en comparación con el potencial que representa. A nivel interno, el Artículo 180. de la Constitución Política de la República Federativa del Brasil de 1988 consagra el funcionamiento del sector turístico y asevera que “la Unión, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios promoverán e incentivarán el turismo como factor de desarrollo social y económico”.
Mientras que el Gobierno brasileño, a través del Ministerio de Turismo, está solventando las debilidades del sector mediante la inversión en infraestructuras y seguridad. En este marco destacan la puesta en marcha del Sistema Nacional de Seguridad Turística, la exención de necesidad de visados para varios países, la creación de un Mapa de Turismo o la apertura de puertas al capital extranjero en el sector aéreo, con Air Europa como pionera.
De acuerdo con el Travel & Tourism Competitiveness Index 2019 del Foro Económico Mundial (WEF), Brasil ocupa el 32º puesto en cuanto a su posición líder en recursos naturales y culturales, Brasil ha desarrollado una gran capacidad en rutas aéreas. Por otro lado, de acuerdo con la Demanda Turística Internacional del Ministerio de Turismo de Brasil, en 2018 se registraron un total de 6.621.376 llegadas internacionales, un aumento del 0,5% con respecto a 2017 (6.588.770).
Dentro del funcionamiento del turismo en Brasil coexisten tanto organismos públicos como privados que trabajan en la búsqueda de la consolidación del turismo como un eje estratégico para la composición de su economía: el Ministerio de Turismo de Brasil, el Instituto Brasileño de Turismo (Embratur), el Fórum de Operadores Hoteleiros do Brasil (FOHB), el Sistema Integrado de Parques e Atrações Turísticas (SINDEPAT).
En total, el turismo y sus sectores auxiliares ingresaron en 2018 un total de 152.500 millones de dólares, un 8,1% del PIB nacional de ese año, no obstante, a pesar de que Brasil ocupa segundo lugar en Latinoamérica en cuanto a la competitividad turística (solo detrás de México), dicho sector aún muestra una dimensión reducida en comparación con el potencial que presenta. Cuestiones como la seguridad y la protección, en particular, ha sido un gran desafío para la industria del país. La nación cuyo referente remite pensar inmediatamente en fiesta, caipirinhas, samba y carnaval puede consolidar su oferta turística y captar un mayor número de visitantes consolidando una estrategia mediante publicidad o mercadotecnia turística a través de uno de los símbolos icónicos que catapultan la imagen del turismo brasileño: el carnaval de Rio de Janeiro llevado a cabo anualmente en el mes de febrero, ello de la mano con la implementación políticas de seguridad interna que los beneficien como nación y atraiga la visita de turistas extranjeros generando un mayor margen de derrama económica.
Fuente principal: Sanz Ibaibarriaga, Emma, Turismo en Brasil, España Exportación e inversiones, Ficha Sector Brasil, Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, consultado el 02 de octubre de 2022.
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