Fecha: 2022-11-16

Por Miguel Peraza 

Foto: ESPECIAL 

                                                                                                                                                     A mi amigo Lorenzo Lazo, compañero de batalla

Los palacios, templos y construcciones coloniales del Centro Histórico de la Ciudad de México como; los palacios de Minería, de Medicina y de Odontología, la  Antigua Academia de San Carlos, las antiguas Escuelas de Jurisprudencia y de Economía, y el Templo de San Agustín, hoy Museo de la Luz, sin pasar por alto el Antiguo Colegio de San Ildefonso, sede que diera lugar hace cien años el nacimiento del Muralismo con artistas como Fernando Leal, con su obra los Danzantes de Chalma (1922); Fermín Revueltas con Alegoría de la Virgen de Guadalupe  (1922-1923); Ramón Alba de la Canal con El desembarco de los españoles, y la cruz plantada en tierras nuevas (1922 -1923); Diego Rivera con La creación (1922-1923); David Alfaro Siqueiros con Ángel de la Revolución (1923) y José Clemente Orozco con La Trinchera (1926). Este año ha sido publicado por la UNAM el libro El Espíritu del 22. Un Siglo de Muralismo en San Ildefonso.    

Estos magníficos edificios fueron por muchos años los espacios de las escuelas de donde egresaban los estudiantes de la hoy Universidad Nacional Autónoma de México, más de 500 años de existencia que se suman pasando por los periodos de la Colonia, Independencia, Reforma, Revolución y el México contemporáneo. 

En su fundación fue llamada Real y Pontificia Universidad de México (1551), hasta dejar de ser Pontificia parasolo quedar como Universidad de México durante el Movimiento de la Reforma, quedando bajo la dependencia de la Secretaría de Economía, y será en 1907 y por intervención de Justo Sierra que dejara de ser parte de la Secretaría de Economía para integrarse a la Secretaría de Instrucción Pública: Será hasta 1929, en que logra su autonomía para convertirse en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Una de las universidades más pobladdas y extensas del mundo.

Es su historia rica por demás interesante, han pasado un sinnúmero de personajes, desde religiosos, virreyes, rectores, académicos, intelectuales, pero sobre todo, estudiantes. Imposible recordarlos a todos, sirva este artículo como un reconocimiento a uno y cada uno de ellos, hombres y mujeres que han construido y colaborado para México y el Mundo en la importante edificación del saber en los ámbitos los culturales, científicos y académicos, dando cabida al desarrollo humano para una sociedad más libre y con mejor distribución del conocimiento.

Desde su origen esta institución ha albergado colecciones de arte en sus espléndidas edificaciones que por ellas mismas lo son también. Las necesidades de crecimiento con una planeación adecuada hacían indispensable que las facultades y escuelas encontrarán un espacio mayor y con las condiciones necesarias. La zona centenaria en dónde quedaron los rastros de la última explosión volcánica del Xitle hace 1700 años conocida como el Pedregal es hoy la Ciudad Universitaria llamada también comúnmente CU que cumple 70 años de haber arribado a esta zona.

El encargo de realización de Ciudad Universitaria correspondió a los arquitectos Mario Pani, Salvador Ortega y a Enrique del Moral, mientras que el arquitecto que administró y entregó la obra fue Carlos Lazo (1952). 

Desde un principio fueron concebidos en el proyecto importantes espacios para las artes plásticas, además de los distintos museos que contienen las colecciones.

Se trataba de una magna obra integral de ingeniería, arquitectura y arte, esta visión con el tiempo permitió que la zona de rectoría se convirtiera en Patrimonio de la Humanidad en 2005. 

En CU se pueden contemplar y estudiar diferentes momentos de la plástica mexicana, que van con obras como los murales que rodean el edificio de Torre de Rectoría hechos por David Alfaro Siqueiros, El pueblo a la universidad, la universidad al pueblo. Por una cultura nacional neohumanista de profundidad universal  (1952 – 1956), los enormes relieves del Estado Olímpico Universitario, La Universidad, La Familia y el Deporte (1949) de Diego Rivera, los miles de mosaicos que cubren los muros Realización Histórica de la Cultura,de la Biblioteca  Central realizados por O´Gorman en 1956, la obra colectiva del  Espacio Escultórico en 1979, por los escultores; Federico Silva, Hersúa; Manuel Felguerez, Helen Escobedo; Sebastián y Matías Göritz, la última obra realizada por Carlos Mérida Abstracción Integrada (1987) ubicada sobre avenida de los Insurgentes,  también en esta avenida, esculturas de Sebastián  con Homenaje a Tamayo (1988) y de  la Triada (1998) de Jesús Mayagoitia, en el Instituto de Geografía. Navegante (1913) de Miguel Peraza, La Espiga (1980) de Rufino Tamayo, entre un importante número de obras que conforman la colección. Recomendable hacer los recorridos a cada uno de los sitios sin dejar de visitar el MUCA, Universum, y el Centro Cultural Universitario.

Cada obra discurre sobre distintas temáticas que pertenecen a momentos del arte mexicano, obras de construcción realista hasta abstractas conceptuales, modernas o posmodernas o conceptuales, cada una lleva un lenguaje que permite un constante diálogo entre el sujeto y los distintos objetos con los que convive a diario. Importante es destacar que la presencia de obras de arte como parte de los procesos en la formación estudiantil y en la convivencia de toda la comunidad permite la reflexión y la libertad de tránsito, permitiendo una mejor compresión de la vida individual y social.

Son estos lugares de referencia y de recreo espiritual, material indispensable para el ser humano, en los que Ciudad Universitaria cumple con ser para el mundo un centro neurálgico de la cultura universal.   

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