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COP 27: lo bueno, lo malo, lo terrible, y lo pendiente




Fecha: 2022-11-21


Por Sandra Guzmán 


La 27ª Conferencia de las Partes celebrada en Sharm El Sheik, Egipto, del 6 al 20 de noviembre de 2022, se ha convertido en una de las COPs más largas de la historia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMUNCC). Sus resultados arrojan aspectos positivos, algunos negativos y otros que claramente son terribles en el contexto de un proceso que busca velar por el futuro de la humanidad. Además de que deja algunos aspectos pendientes para futuras sesiones. En estas líneas enfatizo algunos de los aspectos más importantes de las decisiones alcanzadas en la COP27. 


 


Lo bueno


Financiamiento para pérdidas y daños: Esta COP fue denominada la Conferencia de la “Implementación” y es que, tras cerrar el libro de reglas del Acuerdo de París en la COP26, los países pasaron al modo operativo e implementador. Y uno de los aspectos más importantes para la implementación, es el financiamiento, como parte de los “medios de implementación”, junto con la transferencia de tecnología y la creación de capacidades. Muchos fueron los “ítems” o elementos de la discusión asociados al tema de financiamiento, pero el más esperando fue sin dudas la creación del fondo para pérdidas y daños. Esta demanda vino de diversas organizaciones de la sociedad civil y de países vulnerables que posicionaron la agenda y no quitaron el dedo del renglón en ningún momento.  Si bien el fondo tendrá recursos nuevos y adicionales, se espera que sea un comité de transición el que defina su operación a ser acordada en la COP28. Además de que se aprobó la red de Santiago para provisión de apoyo técnico en materia de pérdidas y daños también. 


Un aspecto negativo es que es un mecanismo financiero que puede tomar mucho tiempo en operacionalizarse, como fue el Fondo Verde del Clima, por ello es importante que iniciativas como el “Global Shield” o Escudo global, se mantengan como medidas de respuesta inmediata. El Global Shield logró recaudar alrededor de 211 millones de euros como financiamiento inicial de países como Alemania (170 millones), Canadá (7 millones), Dinamarca (4.7 millones), Irlanda (10 millones), y Francia (20 millones).  


Transformación del sistema financiero:  Se reconoce que el costo de la transición energética es de al menos 4 trillones al año hacia 2030, y que una economía de bajo carbono requiere al menos de entre 4 a 6 trillones al año. Y enfatiza que para alcanzar dicho financiamiento es importante transformar al sistema financiero y todas sus estructuras, como los bancos centrales, bancos comerciales y todas las instituciones de inversión. Esto es uno de los grandes acuerdos, pues es la primera vez que se habla de la necesidad de transformar todo el sistema financiero, aspecto fundamental para cumplir con el objetivo 2.1.c del Acuerdo de París. 


Acceso al financiamiento:  Se enfatiza y llama a los bancos multilaterales y a las instituciones financieras internacionales a mejorar sus esquemas de acceso, simplificándolas, así como a movilizar más financiamiento, creando nuevos esquemas e instrumentos que no sean de deuda y evitar mayores cargas para los países. Este es un tema que se incluyó en diversas conversaciones asociadas al financiamiento.


Brechas de financiamiento: Se reconoce la brecha que existe entre las necesidades y los flujos de financiamiento y se habla por primera vez en un texto de decisión de la CMNUCC sobre los altos niveles de endeudamiento de los países y sus impactos. Esto abre la puerta para que en futuras sesiones podamos hablar de esquemas como condonación y/o canje de deuda para la protección de la naturaleza y la acción climática.


Transición justa: se afirma que alcanzar la transición hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima debe hacerse de manera justa, considerando los aspectos socioeconómicos y las prioridades de los países a nivel nacional, así como la solidaridad social para no afectar la fuerza de trabajo, por ejemplo, de aquellos países que viven de economías altamente intensivas en carbono.  Esto es crucial para acelerar la acción en países de África, Asia y América Latina sin afectar la base de la población que ha sido obligada a depender del extractivismo.


Derechos humanos: La decisión incluye como parte de sus consideraciones generales la importancia de atender el cambio climático, respetando los derechos humanos, el derecho a la salud, los derechos de los pueblos indígenas, comunidades locales, migrantes, niños y niñas, personas con capacidades diferentes y en situaciones de vulnerabilidad, con una perspectiva de género y empoderamiento de las mujeres, así como con equidad intergeneracional. Todo ello, deberá ser considerado de manera transversal en los acuerdos y en la acción nacional. 


La criósfera: por primera vez se habla de la importancia de integrar la criósfera como parte de los ecosistemas que deben ser protegidos, de la mano de bosques, océanos y toda la biodiversidad, así como el reconocimiento de la protección de la Madre Tierra y la justicia climática, aspectos que fueron incluidos desde la COP26 y que se mantienen en las decisiones generales. Lo cual es muy positivo.


 


Lo malo


Retraso en la salida de subsidios a los combustibles fósiles: Si bien se mantiene el lenguaje de limitar el calentamiento global para evitar un aumento de más de 1.5º C, enfatizando que - para lograrlo se necesita un rápido, profundo y sostenido esfuerzo por reducir emisiones de gases de efecto invernadero, en 43% para 2030 a los niveles de 2019-, no se ha fortalecido el lenguaje sobre la salida de los subsidios a los combustibles fósiles. Se habla de la eliminación progresiva de la energía de carbón no utilizada y la “eliminación progresiva de los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes”, “proporcionando al mismo tiempo un apoyo específico a los más pobres y vulnerables en función de las circunstancias nacionales y reconociendo la necesidad de apoyo hacia una transición justa”. Si bien esto último es positivo, no es contundente ante la necesidad de acelerar la reducción de la producción de combustibles fósiles y si estos no son reducidos, no habrá fondo que alcance para atender las pérdidas y los daños derivados de la emergencia climática.


La meta de los 100 mil millones no ha sido cumplida: Pese a ser una meta histórica ya, pues llevamos 12 años de haberla establecido, los 100 mil millones de dólares comprometido no se han transferido de países desarrollados a países en desarrollo. Si bien se habla de que fueron 83 mil millones los transferidos en 2020, estos no son suficientes. Este incumplimiento pone en tela de juicio la manera en que los países lograran financiar aspectos de urgencia como las pérdidas y los daños, pues aún en presencia de un fondo, si no hay un flujo de financiamiento, quedará como uno más de los mecanismos financieros con alcances limitados.


Duplicar financiamiento para adaptación no es suficiente: en la COP27 se reconoció la brecha que existe en materia de financiamiento para adaptación y se pidió al Comité Permanente de Financiamiento que haga un reporte sobre la duplicación del financiamiento para este tema, sin embargo, duplicar el financiamiento para adaptación no es suficiente y no hay una línea clara de cómo la tendencia sería hacia incrementar en al menos 10 veces este financiamiento. 


 


Lo terrible


Derechos humanos y equidad de género en el proceso: esta COP fue por mucho una muy mal organizada tanto en términos logísticos como políticos. Pero lo que más pesa es que se haya hecho en un país que no tiene respeto a los derechos humanos generales y mucho menos tiene una política de equidad de género. Se dieron diversos incidentes que vulneraron la seguridad de mujeres en la conferencia y en la ciudad. En general no debe haber espacio o conferencia en materia de cambio climático que no vele por estos derechos en todo momento, tanto para participantes, como para sus ciudadanas y ciudadanos. Este es un tema que la CMNUCC tendrá que considerar de manera profunda para futuras sesiones. 


 


Pendientes


Balance global: Un aspecto fundamental que hay que tener muy en cuenta son los resultados del Balance global o “Global Stocktake” que tendrá que ser entregado en la COP28 y que tendrá que mandar una importante señal sobre las áreas que deben aumentar la ambición. Los co-facilitadores tendrán que hacer un balance de lo obtenido hasta ahora, e identificar las brechas para facilitar la discusión durante 2023.


Nueva meta de financiamiento: Se dio la bienvenida a los trabajos que tuvieron lugar en 2022 para la definición de una nueva meta colectiva y cuantificable de financiamiento, sin embargo, solo se lograron establecer aspectos procedimentales hacia 2023 y no así, aspectos de contenido que era muy necesario tener para avanzar con pasos más firmes durante 2023. Por ejemplo, un tema que faltó fue el llamar a los países a estimar mejor sus necesidades de financiamiento para el diseño de la parte cuantitativa de la meta. 


Conclusión: Hay muchos temas que será importante analizar con lupa como son los temas del artículo 6 en materia de mercados y no mercados. Como toda COP, no podemos celebrar de manera absoluta, porque hay que poner todo en una balanza, pero tampoco podemos considerarla como un fracaso rotundo. En derecho internacional público los matices o “nuances” son muy importantes. 


 


 


 


 


EL CONTENIDO EXPRESADO EN LOS ARTÍCULOS SON RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE LOS AUTORES Y NO REPRESENTAN LA POSTURA POLÍTICA DEL DIARIO MÁS CLARO CLICK INFORMATIVO.
 





Comentarios


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juancavalleri@hotmail.com
2022-11-22

Formidable columna de Sandra Guzman permitame muy muy buen análisis. Gracias