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La tragedia de Tláhuac: invasiones, negligencia y daños ambientales




Fecha: 2023-01-10


Por Alejandro Ramos Magaña 


La baja rentabilidad de las tierras agrícolas, la insuficiencia de suelo para uso habitacional, la especulación del suelo y las migraciones internas por cuestiones socioeconómicas, entre otros factores, han provocado que asentamientos humanos se establezcan de manera ilegal en áreas con vocación natural, no aptos para vivienda ni para ningún tipo de infraestructura.

Según datos del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México (IPDP) estima que, al año, aproximadamente 5 mil personas invaden predios en suelo de conservación, siendo las alcaldías más afectadas  Cuajimalpa, Iztapalapa, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.

Esa ha sido una tendencia de expansión urbana en la Ciudad de México sobre el suelo de conservación ecológica. Los cambios de uso de suelo de agrícola y forestal a urbano han sido intensos en las últimas cuatro décadas, y con ello la proliferación de viviendas precarias, sobreexplotación del acuífero y el incumplimiento de reglamentos de construcción.

Hasta la última regencia del entonces Departamento de Distrito Federal (DDF), 1994-1997, se atribuyó al PRI de tolerar la expansión de asentamientos irregulares en la metrópoli; sin embargo, la situación no ha cambiado, pues desde que llegó a gobernar la Ciudad de México la llamada "izquierda", primero con el PRD, y ahora Morena, los asentamientos irregulares se mantienen con la misma o mayor dinámica. Las omisiones y negligencia son las constantes.

Cada vez se reafirma que la corruptibilidad es inherente al mismo sistema político mexicano.

EL CASO DE TLÁHUAC

Ejidatarios que vendieron sus parcelas y la constante invasión hormiga originaron, en más de cuatro décadas, que el suelo de conservación en la alcaldía de Tláhuac disminuyera considerablemente.

Tláhuac tiene una extensión de 8 mil 534.62 hectáreas, de las cuales 5 mil 674 pertenecen a suelo de conservación y 2 mil 860 a zona urbana, pero debido a la ocupación y la presión demográfica desordenada se ha urbanizado el 60% de su superficie.

En los poblados de San Andrés Mixquic, San Francisco Tlaltenco, San Juan Ixtayopan, San Nicolás Tetelco, San Pedro Tláhuac, Santa Catarina Yecahuizotl y Santiago Zapotitlán se ubican más de 100 asentamientos irregulares.

San Juan Ixtayopan es el poblado que posee más núcleos irregulares con 45, seguido de San Francisco Tlaltenco, con 16 y San Pedro Tláhuac con 12.


En los más de 100 asentamientos irregulares se ubican alrededor de 10 mil viviendas, y en ellas residen aproximadamente 45 mil 500 habitantes.

El asentamiento más joven fluctúa entre 1 y 5 años, y el más antiguo, de 47 años. La mayoría de las invasiones tienen entre 12 y 15 años, y las propias autoridades reconocen que ya es muy difícil reubicarlos, ya que hacerlo implicaría un costo social y económico muy alto. De tal forma que los asentamientos irregulares se han ido consolidando al paso del tiempo, pero los daños que provocaron a las áreas naturales son irreversibles.

Vale decir que muchos líderes sociales, vinculados siempre a las estrucruras del partido gobernante en la ciudad, son los que han lucrado con estas prácticas ilegales.

Algunas autoridades de Tláhuac han promovido ante el Congreso capitalino regularizar las invasiones a través del Programa de Desarrollo Urbano. Lo que han planteado es que esta situación sea analizada desde el punto de vista técnico, jurídico y social, sin descartar el enfoque ambiental, y le han propuesto al gobierno de la Ciudad de México los pagos de derechos por restauración ambiental, la regularización de la tenencia y su incorporación catastral.

En las tierras en las que alguna vez hubo cultivos, pasto, arbustos y árboles, hoy ha cedido el espacio a la construcción desordenada, a montones de cascajo, a calles asfaltas o de plano de terracería, aunque también hay zonas en las que se percibe que sus habitantes son personas con mayores recursos, como es el caso de "El Mirador", en Santa Catarina Yecahuizotl, donde las calles están bien asfaltadas, con luz y servicios de agua potable.

Además, en "El Mirador" existen talleres clandestinos, cuyas fachadas son de grandes portones y están muy protegidos. Según sus propietarios fabrican envases de plástico y telas sintéticas.

También el comercio va en auge en los asentamientos irregulares, por lo que proliferan las tiendas, tlapalerías, fondas, sastrerías, cerrajerías, servicios eléctricos y de plomería, farmacias, peluquerías, papelerías, entre otros.

"Ampliación La Conchita", en Santiago Zapotitlán, es uno de los asentamientos irregulares más desprotegidos, ya que se abastecen de agua por pipas y de energía eléctrica por una anárquica cantidad de cables que cuelgan a baja altura y roban la luz de la colonia La Conchita. Esta zona denominada "Ampliación La Conchita", creció debido a que los ejidatarios vendieron sus parcelas, lo cual se dio con una dinámica fuerte desde mediados de la década de los 70.

La mayoría de la gente de los asentamientos irregulares son de los estados de Puebla, Oaxaca, Veracruz, Guerrero y Michoacán, así como de las alcaldías Iztapalapa y del propio Tláhuac.

Pese al severo impacto al suelo de conservación de Tláhuac, a esta región no se le ve como una zona estratégica y prioritaria para la ciudad. Los gobiernos de la Ciudad de México en turno han desatendido a la demarcación, y con ello los problemas como la escasez de agua, hundimientos y grietas del subsuelo, invasiones, inseguridad y pérdida de superficie natural siguen galopantes.

Sobra decir que urge una actualización del Diagnóstico Poblacional Territorial de Asentamientos Humanos Irregulares en Suelo de Conservación (lo conveniente sería que cada año se realizara), para identificar los núcleos invadidos y la situación social en la que se encuentran. Y de esta forma hasta las "pequeñas empresas" clandestinas entrarían al esquema legal con el consiguiente pago de impuestos.

También es necesario hacer efectiva la Ley para la Retribución por la Protección de los Servicios Ambientales del Suelo de Conservación de la Ciudad de México, en referencia a los asentamientos irregulares para mitigar los daños causados al territorio ocupado.

De continuar la pérdida del suelo de conservación en esta región del sur de la ciudad, se elevará más el riesgo de la sustentabilidad de la metrópoli, ya que disminuirá la producción de recursos naturales y servicios ecosistémicos, se agravará la escasez de agua, toda vez que el asfalto seguirá cancelando la recarga del acuífero, y la contaminación de suelo, aire y cuerpos de agua será constante.

Lo lamentable es que Tláhuac sólo ocupa espacios mediáticos cuando ocurren desastres como el desplome de la Línea 12 del Metro, por operativos contra el narcotráfico y la escasez de agua, así como en procesos electorales tan escandalosos como el de 2021 con la compra de votos con el sello de Morena.

La simulación de un Estado de derecho marca a la "izquierda" que hoy gobierna esta metrópoli.


 


 


 


EL CONTENIDO EXPRESADO EN LOS ARTÍCULOS SON RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE LOS AUTORES Y NO REPRESENTAN LA POSTURA POLÍTICA DEL DIARIO MÁS CLARO CLICK INFORMATIVO.





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