Por Miguel Ángel Regidor
Cuando uno escucha la expresión de “coches chocolates” identifica de inmediato la ilegalidad, el cruce fronterizo por cualquier medio.
El origen de los autos chocolates es del siglo pasado cuando la frontera era extremadamente lejana y la producción nacional no alcanzaba llegar a la frontera y era mucho más accesible adquirir productos de los Estados Unidos, desde refrigeradores, lavadoras, cualquier producto, hasta coches primero porque los nacionales había realmente muy pocos y salían extremadamente caros comparados con los usados de Estados Unidos.
Pero esa no es toda la realidad. Hay un momento en que los coches usados de USA, son los vehículos usados que “venden” las aseguradoras, que han estado relacionados en accidentes o cualquier otro “evento”, por el que se les haya declarado en término de vida útil, lo que hace que esos “vehículos” se conviertan, como nos lo dijo una autoridad de Texas, en refrigeradores, porque en USA, no pueden circular ya, se les retira la documentación que permite que circulen esos autos.
Los vehículos referidos en un alto porcentaje son vehículos también “viejos”, que significa que tienen 10 o más años, lo que implica que las armadoras ya no fabrican refacciones para esos coches y si se tiene que reparar, pues se “canibaliza” o se hacen auténticos Frankensteins, se incorporan piezas de otros vehículos. Este supuesto, solo es para los vehículos cuya reparación sea económica y rápida, ya que de otra suerte es más “conveniente” comprarse otro coche.
Partamos de la base de que esos vehículos cuestan 200 dólares, aparentemente un regalo, pero si son vehículos en término de vida útil, puede ser un gran precio por el riesgo que pueden implicar, no sabemos si están mal de la dirección, suspensión o de cualquier otra parte de seguridad del vehículo, que ponen en peligro incluso de vida del conductor y de los ocupantes. Son vehículos que tienen una historia profunda pero desconocida y que puede ser extrema esa historia.
Denme oportunidad de compartirles una experiencia que tuvo un comprador de buena fe de uno de estos vehículos, cuando choca y la policía toma conocimiento del accidente y por alguna circunstancia se revisa el vehículo y llevaba escondida droga en el tablero y fue un tema muy complicado para los adquirentes del coche chocolate.
Otras implicaciones? Por lo “baratos”, si chocas y ves que te resulta más costoso arreglar el golpe que el valor del coche de uno o de los dos, dejas el coche y vas a comprar otro. Si atropellas a alguien en la misma historia, mejor te das a la fuga y ya estás listo.
Porque ocurre la estos vacíos en los accidentes, porque los coches chocolates, no tienen ya registro claro y detallado, la internación al País, en caso de que sea uno de los que quieres tener “legales” es un tema recaudatorio, en que pasando la aduana y pagando los derechos de “regularización” o “importación”, entras, el resto de la historia es como la escribas.
Todo lo anterior fue justificado en una época, pero cuando la realidad del País fue evolucionando y entonces el desarrollo de la industria automotriz y de distribución de automotores cubrió el territorio nacional, ese esquema de importación o entrada ilegal de vehículos usados se debería haber prohibido de manera tajante, para evitar la incorporación de un parque vehicular a territorio nacional de pésima calidad y por el otro lado, no lo he comentado pero el efecto medio ambiental es brutal. Me explico, los vehículos entre más viejos peor desempeño en eficiencia energética, que se traduce en mayores emisiones a la atmósfera, pero no solo eso, requieren de mayores cantidades de combustible, lo que produce un efecto muy perverso, tenemos que proveer combustible a la frontera para vehículos usados importados o introducidos al País, que van a consumir ingentes cantidades de gasolina.
Porqué existe la presión a los gobiernos locales y federal de “regularización” de los autos chocolates que ya están en territorio nacional o bien se permita la “importación” de vehículos usados?, la respuesta es fácil pero complicada. Los grupos de presión son las mafias de importadores, que traen los vehículos en las conocidas como madrinas y así introducen varios coches en cada viaje. Tan es así que en la autopista conocida con la NAFTA, en los bajo puentes, las transportistas, que han adquirido en subastas de las aseguradoras los coches usados, en cualquier parte de USA, se bajan y “venden” la carga, todo mundo sabe cuándo van a estar por allá, simplemente se reúnen y arreglan la venta.
Efectos de esto, la industria automotriz mexicana, tiene una competencia desleal total, no se puede competir con lo que se vende como coche, cuando aquello, ya es un refrigerador, camina el coche si, pero USA ya le quitó la calidad o condición de vehículo, no puede circular en USA. El mercado de autos mexicanos usados también se ve muy afectado, porque si puedo comprarme un coche en 200 US, para qué voy a pagar más por un auto que está legal en México, que me va a salir mas caro, no por el precio, sino porque lo que se comprará va a ser un coche y no un vehículo en términos de vida útil o refrigerador.
Si quieres ver a tu País progresar, no permitas o no adquieras vehículos chocolates, porque son realmente basura automotriz, con riesgos e implicaciones muy serias, no solo para ti, sino también para tu región, Estado y País.
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