(Todo que ver)
Hace unos días nos enteramos por distintas formas, medios, plataformas de comunicación, diversas publicaciones, serias, humorísticas, memes, de el desvanecimiento de el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador en una gira por Yucatán; lo cual ha dado lugar a diversas hipótesis, teorías infundadas, versiones no confirmadas, mucho menos desmentidas, que generan un velo de misticismo que nos tiene hablando a todo mundo de la supuesta verdadera razón de la ausencia del presidente en la vida pública y política del país. Creo que hemos visto jóvenes que terminan muertos por buscar seguidores, que hacen retos inimaginables para ser seguidos, que retan a las autoridades para ser observados y así generar atención; hablar del presidente de la República y la embestidura que conlleva el cargo, desde mi parecer dudo mucho que sea una estrategia de comunicación para conseguir focus, porque de que se ha vuelto el tema de todo mundo, claro que se ha vuelto; es tendencia, es viral y me refiero al concepto de replicación en medios (no al coronavirus), si así lo decidieron es exitoso, pues estamos ocupando esta columna en ello, y mil más, pero de que sea correcto ¡eso sí que NO!, el pensar que el presidente se pueda ausentar, pueda estar enfermo, grave, disminuido, e inclusive muerto solo genera incertidumbre en muchos ámbitos y riega las plantitas de la polarización social, en un país con tantos problemas de seguridad, gobernabilidad, economía, violencia. Creo que no abona a una calma social, el sospechosismo que siempre es citado y que se hace presente a cada momento; las corcholatas se desbalagan, los ánimos legislativos se ponen en rojo, y causa un clima de expectación innecesaria, yo podré ser crítico de los manejos, como el de la comunicación social de la presidencia, pero sin duda, jamás festejaré el mal estado de salud de nadie, y menos del presidente de la República sea quien sea; desde aquí le hago un llamado para que se manifieste, en video, en foto, como lo hace siempre, que llegue su pronta recuperación, y el bienestar de su vida privada.
Comienzan los interesados en alzar la voz para dirigir, gobernar la ciudad de México, que prisa, primero deben de terminar las encomiendas, entregar buenas cuentas, (REALES) y luego ya decidiremos los ciudadanos. La semana pasada, vino a la cueva de el Chacal un mil usos, yo le dije que me lavara los coches, tocó mi timbre, me pidió un trapo para secarlos, miró el jardín de adentro y accedí a que barriera y cortara con mis herramientas el pasto; lo hizo..., mi esposa estaba buscando un plomero; cuando bajé, ya estaba dentro de mi casa y arreglando la tarja de la cocina, el tipo, con buena actitud se le ofreció algo de comer, y ya por la noche me preguntó si tenía algo de ropa para que se la regalara; accedí y se llevó, dinero, ropa, comida... Me acosté a dormir y al otro día, salí a un desayuno y observé que había lavado los autos del lado que se veían desde mi casa, había cortado pésimamente el pasto, la basura del jardín la fue a aventar atrás de los tanques de gas, el arreglo de la cocina estaba mal hecho y para colmo fui a un tianguis, ahí vi mi ropa colgada y a la venta. La lección es: primero revisa lo que te prometieron, por lo que fueron contratados, y luego hay que darles más trabajo, sino, ¡nos podemos llevar cada sorpresita!, así en la política, no debemos olvidar que al devengar un sueldo del erario público, trabajan para nosotros, a nosotros se deben y a nosotros nos tienen que entregar cuentas.
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