Escuelas en EE. UU. recurren a fundas magnéticas para frenar el uso de celulares
Más de 250 escuelas en EE. UU. adoptan fundas magnéticas para bloquear el uso de celulares durante el horario escolar. La medida busca mejorar la concentración y reducir conflictos, pero también plantea debates sobre derechos digitales y control institucional.

Por Mario Victorino
En medio de una creciente preocupación por el impacto de los celulares en el entorno escolar, cientos de escuelas en Estados Unidos están implementando una medida radical: el uso de fundas magnéticas que impiden a los estudiantes acceder a sus dispositivos durante el día. Esta estrategia, que ya se aplica en distritos como Los Ángeles y Nueva York, busca restaurar la atención en clase, reducir el acoso digital y limitar las distracciones. Pero también ha encendido el debate sobre los límites del control institucional y los derechos digitales de los estudiantes.
¿Cómo funcionan estas fundas?
Las fundas magnéticas, conocidas como Yondr pouches, son bolsas de tela con un cierre especial que solo puede desbloquearse en estaciones ubicadas en la entrada y salida del colegio. Al llegar, los estudiantes deben guardar sus celulares en estas fundas, que permanecen cerradas hasta el final de la jornada escolar. El objetivo es claro: eliminar la tentación de revisar redes sociales, enviar mensajes o grabar contenido durante las clases.
El auge de la medida
Más de 250 escuelas en el distrito de Los Ángeles han adoptado esta política, y otras en estados como Connecticut, Alaska, Maine y Utah se han sumado. La iniciativa responde a una preocupación compartida por docentes, administradores y padres: el uso excesivo del celular está afectando el rendimiento académico, fomentando el ciberacoso y dificultando la convivencia escolar.
Resultados reportados
Diversos planteles han señalado mejoras en la atención, la participación en clase y la reducción de conflictos entre estudiantes. La ausencia de celulares ha generado un ambiente más tranquilo, donde los alumnos interactúan cara a cara y se enfocan en sus actividades. Además, se ha observado una disminución en incidentes relacionados con grabaciones no autorizadas, consumo de sustancias y difusión de contenido violento.
¿Medida pedagógica o mecanismo de control?
Aunque los resultados parecen positivos, la estrategia también ha generado críticas. Algunos sectores cuestionan si restringir el acceso al celular mediante dispositivos físicos vulnera los derechos de los estudiantes. ¿Hasta qué punto puede una institución limitar el uso de una herramienta personal? ¿Es esta una solución educativa o una forma de control?
Derechos digitales en juego
El debate se intensifica cuando se considera que los celulares no solo son medios de entretenimiento, sino también herramientas de comunicación, seguridad y expresión. En contextos donde los estudiantes enfrentan violencia, discriminación o negligencia institucional, el celular puede ser un canal para documentar abusos o pedir ayuda. Bloquear su uso podría invisibilizar estas realidades.
Un dilema contemporáneo
La implementación de fundas magnéticas en escuelas estadounidenses refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar el orden escolar con los derechos individuales en una era hiperconectada. Si bien la intención es mejorar el ambiente educativo, la medida también obliga a repensar el papel de la tecnología en la formación de ciudadanos críticos, autónomos y conscientes de sus derechos.