Parlamento francés destituye al primer ministro François Bayrou
El Parlamento francés destituye al primer ministro François Bayrou tras perder una moción de confianza. Macron enfrenta nueva crisis política sin mayoría legislativa y bajo presión social.

Por Mario Victorino
La Asamblea Nacional de Francia aprobó la destitución del primer ministro François Bayrou, quien perdió una moción de confianza tras presentar un plan de austeridad fiscal que incluía recortes estructurales por más de 40 mil millones de euros. La votación, marcada por el rechazo de bloques opositores y disidentes dentro de la coalición oficialista, profundiza la crisis política que enfrenta el presidente Emmanuel Macron, quien ahora deberá nombrar un nuevo jefe de gobierno sin contar con mayoría parlamentaria.
El contexto de la caída
Bayrou asumió el cargo en medio de una economía tensionada por el aumento de la deuda pública, la desaceleración del crecimiento y la presión de organismos europeos para aplicar medidas de ajuste. Su propuesta presupuestaria contemplaba la eliminación de beneficios sociales, reducción de días feriados y recortes en servicios públicos, lo que generó un amplio rechazo entre sindicatos, partidos opositores y sectores ciudadanos.
La moción de confianza fue solicitada por el propio primer ministro como mecanismo para validar su plan de gobierno. Sin embargo, la falta de respaldo legislativo evidenció el debilitamiento del bloque oficialista y la fragmentación política que persiste desde las elecciones anticipadas de 2024.
Macron sin margen de maniobra
La destitución de Bayrou representa el cuarto cambio de primer ministro en menos de tres años, lo que refleja la inestabilidad institucional que atraviesa Francia. Emmanuel Macron, sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, enfrenta un escenario complejo: negociar con fuerzas opositoras para nombrar un sucesor, convocar nuevas elecciones legislativas o intentar gobernar con un gabinete técnico.
Cualquiera de estas opciones implica riesgos políticos y sociales. La falta de consensos ha paralizado reformas clave en materia fiscal, migratoria y energética, mientras el descontento ciudadano se traduce en protestas y llamados a huelgas nacionales.
Escalada social y presión europea
La destitución ocurre en medio de una creciente movilización social. Organizaciones sindicales han convocado a una huelga general para el 18 de septiembre, mientras colectivos ciudadanos impulsan bloqueos y marchas bajo consignas contra el ajuste fiscal. La tensión en las calles se suma a la presión internacional, ya que Francia, como segunda economía de la Unión Europea, juega un papel clave en la estabilidad del bloque.
La incertidumbre sobre el rumbo político del país ha generado inquietud en mercados financieros y en gobiernos europeos, que observan con atención la capacidad de París para mantener sus compromisos fiscales y su liderazgo diplomático.
Un nuevo capítulo en la crisis institucional
La caída de Bayrou marca un punto de inflexión en la gestión de Macron. La falta de gobernabilidad, la fragmentación legislativa y el rechazo social a las políticas de ajuste configuran un escenario de alta volatilidad. La designación del próximo primer ministro será decisiva para definir si Francia logra recuperar estabilidad o se encamina hacia una nueva etapa de confrontación política y social.