Ya son 31 muertos
La explosión de una pipa de gas en Iztapalapa deja 31 muertos y decenas de heridos. El siniestro expone fallas en seguridad urbana, protocolos de emergencia y regulación del transporte de materiales peligrosos.

La cifra de muertos por la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa ha aumentado a 31, convirtiendo el siniestro en uno de los más mortales registrados en la Ciudad de México en la última década. El incidente, ocurrido en una zona habitacional densamente poblada, dejó además decenas de heridos, viviendas destruidas, vehículos calcinados y una comunidad sumida en el duelo y la indignación.
La tragedia ha encendido las alarmas sobre la regulación del transporte de materiales peligrosos en zonas urbanas, la capacidad de respuesta de las autoridades ante emergencias y la fragilidad de la infraestructura en alcaldías con alta densidad poblacional.
¿Qué ocurrió en Iztapalapa?
El sábado por la tarde, una pipa que transportaba gas LP sufrió una fuga mientras circulaba por la colonia Santa María Aztahuacán. Testigos reportaron un fuerte olor a gas antes de que el vehículo explotara, generando una onda expansiva que alcanzó viviendas, negocios y peatones en un radio de más de 100 metros.
La explosión provocó un incendio de gran magnitud que tardó horas en ser controlado. Los cuerpos de emergencia, bomberos, policías y personal de Protección Civil se movilizaron de inmediato, pero la intensidad del fuego y la saturación de las vialidades complicaron las labores de rescate.
Víctimas y daños materiales
Hasta el momento, se han confirmado 31 personas fallecidas, entre ellas menores de edad, adultos mayores y trabajadores que se encontraban en la zona. Más de 40 personas resultaron heridas, algunas con quemaduras graves. El número de viviendas afectadas supera las 300, y decenas de vehículos fueron consumidos por las llamas.
La explosión también provocó cortes de energía eléctrica, suspensión del servicio de agua potable y afectaciones en el transporte público. La Línea A del Metro y varias rutas de RTP fueron desviadas debido a los bloqueos y labores de limpieza.
Fallas en seguridad y regulación
El siniestro ha revelado graves fallas en la regulación del transporte de gas en zonas urbanas. Vecinos denuncian que las pipas circulan sin supervisión, sin protocolos de emergencia y en condiciones mecánicas deficientes. La pipa involucrada en la explosión no contaba con certificación vigente ni con escolta de seguridad, a pesar de transportar material altamente inflamable.
Expertos en seguridad urbana advierten que la falta de inspecciones, el crecimiento desordenado de la ciudad y la ausencia de rutas seguras para vehículos con carga peligrosa han convertido a alcaldías como Iztapalapa en zonas de alto riesgo.
Reacciones y exigencias ciudadanas
La tragedia ha generado una ola de indignación en redes sociales, donde el hashtag #IztapalapaEnLuto se ha viralizado. Vecinos exigen justicia, reparación integral y garantías de no repetición. También han solicitado que se investigue a la empresa propietaria de la pipa, así como a los funcionarios responsables de autorizar su circulación.
Organizaciones civiles han convocado a movilizaciones para exigir reformas en la Ley de Protección Civil, mayor inversión en infraestructura urbana y protocolos de emergencia más eficaces. La comunidad afectada ha iniciado censos independientes para documentar los daños y coordinar la ayuda humanitaria.
¿Qué sigue?
Las autoridades han prometido una investigación a fondo, pero la comunidad exige resultados concretos. El aumento en la cifra de muertos ha intensificado la presión pública, y se espera que en los próximos días se anuncien medidas para reforzar la seguridad en el transporte de gas y otros combustibles.
La explosión de la pipa en Iztapalapa no solo representa una pérdida humana devastadora, sino también una llamada de atención sobre los riesgos cotidianos que enfrentan millones de personas en zonas urbanas vulnerables. La tragedia exige justicia, reparación y reformas urgentes.