Tragedia en Chiapas: Asesinato del párroco Marcelo Pérez Pérez
El asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, conocido por su incansable trabajo en la defensa de los derechos humanos y la mediación de conflictos en comunidades indígenas de Chiapas, ha generado profunda indignación y tristeza entre sus seguidores y la sociedad civil.
Por Mario Victorino
El asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, conocido por su incansable trabajo en la defensa de los derechos humanos y la mediación de conflictos en comunidades indígenas de Chiapas, ha generado profunda indignación y tristeza entre sus seguidores y la sociedad civil. El crimen, ocurrido en una de las regiones más violentas del país, pone nuevamente bajo la lupa los riesgos que enfrentan los líderes religiosos y activistas que trabajan en zonas vulnerables, controladas en gran parte por el crimen organizado.
El padre Marcelo Pérez había ganado notoriedad por su valiente labor en la lucha por la justicia social y la protección de los derechos de las comunidades indígenas. Durante años, fungió como mediador entre poblaciones locales y grupos del narcotráfico, buscando apaciguar tensiones y lograr acuerdos que permitieran una convivencia pacífica. Su intervención en conflictos territoriales y su firme postura contra las actividades del crimen organizado le valieron tanto admiradores como enemigos.
El sacerdote también era un fuerte crítico de la impunidad y la falta de acción del gobierno frente a la violencia en Chiapas. Aunque las autoridades locales han expresado su compromiso de esclarecer el caso, organizaciones defensoras de los derechos humanos temen que este asesinato quede impune, como ha ocurrido con otros crímenes contra líderes sociales y religiosos en el país.
La comunidad en Chiapas, junto con diversos grupos de la sociedad civil, ha convocado a manifestaciones y vigilias en memoria del padre Marcelo, exigiendo justicia y una mayor protección para aquellos que arriesgan sus vidas en defensa de los más vulnerables.
Este crimen no solo ha conmocionado a Chiapas, sino que ha reavivado la conversación nacional sobre la violencia que aqueja a México, especialmente en regiones donde el narcotráfico y los intereses económicos alimentan los conflictos sociales.
El legado del padre Marcelo Pérez Pérez permanecerá vivo en las comunidades que defendió, pero su trágica muerte plantea preguntas urgentes sobre la protección de los defensores de los derechos humanos en el país.