Reto ambiental: rescatar ríos
El crecimiento urbano e industrial desregulado en México ha provocado la contaminación de ríos, lagos, costas y acuíferos debido a descargas domésticas, agrícolas e industriales. Este fenómeno afecta negativamente la flora y fauna, la salud humana, el medio ambiente y el paisaje.
Por Alejandro Ramos Magaña
El crecimiento urbano e industrial desregulado en México ha provocado la contaminación de ríos, lagos, costas y acuíferos debido a descargas domésticas, agrícolas e industriales. Este fenómeno afecta negativamente la flora y fauna, la salud humana, el medio ambiente y el paisaje.
La deficiencia en la aplicación de normas ambientales, programas de prevención y mejoramiento ambiental, la insuficiencia de recursos y el control inadecuado de las descargas de aguas residuales han contribuido a la intensificación de la degradación de zonas naturales.
El registro obligatorio de los responsables de las descargas se encuentra desactualizado, o bien, las autoridades competentes lo omiten para evadir el cumplimiento de los programas de prevención y control de la contaminación. En la mayoría de los casos de deterioro de la calidad del agua, no existen planes ni acciones implementadas para el tratamiento de las descargas.
Ríos como el Atoyac, Tula, Coatzacoalcos, Turbio, Pesquera, Lerma, Zahuapan, Tacubaya, Becerra, San Juan, Santiago, Papaloapan, Grijalva y Pánuco, entre otros, han sido transformados en sistemas de drenaje.
El Dr. Manuel Perló Cohen, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que los ríos urbanos en México han experimentado una significativa degradación y, en algunos casos, han desaparecido. Sin embargo, sostiene que es posible su recuperación y reconversión en fuentes de agua potable, espacios recreativos y elementos que contribuyan a la identidad ciudadana. El Dr. Perló enfatiza la urgencia de esta recuperación debido al agotamiento de los acuíferos y al elevado costo asociado a la importación de agua.
A nivel global, se han implementado exitosas iniciativas de restauración de ríos urbanos, destacando ejemplos como el Támesis en Londres, el Danubio en Viena, el Sena en París, el Tiéte en Sao Paulo, el Cheonggyecheon en Seúl, el río Los Ángeles en California, el río Santa Lucía en Monterrey, el río San Antonio en la ciudad homónima, el río Chicago en la metrópoli del mismo nombre y el río Matanza-Riachuelo en Buenos Aires. Estas acciones han resultado en la recuperación de 1,500 ríos urbanos a nivel mundial, de los cuales 80 han sido desentubados, con Estados Unidos liderando con 66 proyectos. Los beneficios derivados de estas iniciativas incluyen el abastecimiento de agua, la recarga de acuíferos, la recuperación de ecosistemas, la creación de espacios recreativos y el mejoramiento del paisaje urbano.
En México, si bien existen instrumentos legales para garantizar un ambiente sano, su aplicación se ve obstaculizada por factores como el desconocimiento de las normativas, la negligencia gubernamental, los conflictos de intereses, la falta de personal calificado y los altos costos asociados a la implementación de estas medidas.
En octubre de 2024, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que el 51% de los ríos, lagunas y lagos, así como el 32% de los acuíferos en el país, presentan niveles severos de contaminación con metales pesados y coliformes fecales, afectando tanto las aguas superficiales como las subterráneas.
Durante el año 2023, la Conagua realizó el análisis de 450 cuerpos de agua superficiales y 606 cuerpos de agua subterráneos, confirmando la persistencia de la descontrolada contaminación en estos recursos hídricos. Este problema se ha mantenido constante a lo largo de los años.
México cuenta con un total de 653 acuíferos, de los cuales 245 se encuentran secos debido a la sobreexplotación o presentan altos niveles de contaminación, como es el caso del acuífero que abastece al Valle de México.
El crecimiento urbano e industrial desordenado ha impactado negativamente el Sistema Lerma-Chapala-Santiago (Estado de México, Jalisco y Nayarit) y el río Santa Catalina en Monterrey, transformándolos en depósitos de drenaje. De manera similar, los ríos Tacubaya y Becerra en la Ciudad de México (y el río La Piedad, resultante de su confluencia, entubado en 1942) han sido afectados por descargas de drenaje y la acumulación de basura. La lista de casos es extensa, al igual que el desafío que representa su recuperación.
El severo deterioro ambiental amenaza con la desaparición de los lagos de Chapala y Cuitzeo. Los daños acumulados se atribuyen a la tala clandestina, la extracción excesiva de agua para fines agrícolas y ganaderos, las descargas de drenaje urbano, la contaminación industrial (química, porcícola y de papel) y los fenómenos asociados al cambio climático (sequías y elevadas temperaturas).
En 2024, se detectó una alta contaminación por estreptococos (contaminación fecal) en zonas de las costas de Baja California, Colima, Jalisco, Guerrero, Tabasco, Oaxaca y Veracruz, lo que ha provocado daños gastrointestinales, respiratorios e infecciones cutáneas y urinarias. Este hallazgo evidencia la falta de tratamiento de las aguas residuales antes de su descarga a ríos y mares.
Las autoridades ambientales deben declarar zonas rojas para el rescate urgente de las plantas tratadoras de agua y promover programas sistemáticos de mejoramiento ambiental con marcos legales y normativos adecuados. Asimismo, se deben proyectar robustos presupuestos federales y estatales anuales destinados a obras de recuperación de los cuerpos de agua.
El gobierno federal en su Plan Nacional Hídrico (2024-2030) proyecta una inversión de 50 mil millones de pesos para la recuperación de los ríos Lerma-Santiago, Atoyac y Tula, y para ello plantea la eliminación de descargas domiciliarias e industriales, así como la creación de plantas de tratamiento de agua y rehabilitación de las existentes.
Además, se proyecta la recuperación de concesiones que no se utilizan e incentivar su devolución para garantizar el acceso humano al agua, entre otros planes de infraestructura y justicia hídrica.
Estaremos muy pendientes al desarrollo de este plan, pues de concretarse será un gran avance para México y modelo a seguir para los próximos gobiernos.