Claudia Sheinbaum respalda al AIFA y rechaza sanciones internacionales por reubicación de vuelos
Sheinbaum defiende la reubicación de vuelos hacia el AIFA como medida técnica y rechaza posibles sanciones de Estados Unidos. La redistribución busca desahogar el AICM y mejorar la seguridad aérea.

Por Mario Victorino
La reciente postura de la presidenta Claudia Sheinbaum en defensa del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y la redistribución de vuelos en el Valle de México ha generado amplia atención nacional e internacional. El cambio estratégico en las rutas aéreas —principalmente desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hacia el AIFA y Toluca— responde a criterios técnicos y de seguridad, según el Gobierno Federal.
La saturación crónica del espacio aéreo en la región metropolitana, documentada desde hace más de una década, motivó la consolidación del AIFA como alternativa logística. Su función como centro de carga y desahogo del tráfico aéreo ha sido reforzada con infraestructura adicional, mientras se ajustan las operaciones comerciales de aerolíneas nacionales e internacionales.
Sin embargo, las decisiones tomadas por el Estado mexicano han sido cuestionadas por autoridades de Estados Unidos. El Departamento de Transporte ha planteado la posibilidad de imponer sanciones, alegando que México incumplió acuerdos bilaterales al modificar rutas aéreas sin consulta previa. Esto podría traducirse en restricciones para aerolíneas mexicanas y la eliminación de beneficios antimonopolio en alianzas como la de Delta-Aeroméxico.
Sheinbaum ha enfatizado que aún no existe una notificación oficial de sanciones, y que su gobierno mantiene canales abiertos de comunicación con socios internacionales. El objetivo, según su administración, es mantener la soberanía en decisiones operativas sin que ello implique una ruptura en las relaciones comerciales o diplomáticas.
A nivel interno, la redistribución aérea busca mejorar la seguridad operacional y reducir la carga en el AICM, considerado desde hace años como una infraestructura al límite de su capacidad. El AIFA, en cambio, ha recibido inversiones destinadas a fortalecer su papel en el sistema aeroportuario nacional, especialmente en el transporte de mercancías.
Esta política de descentralización aérea también forma parte del plan estratégico para ampliar la cobertura logística nacional, potenciar el desarrollo en zonas aledañas al nuevo aeropuerto y avanzar en la modernización del transporte aéreo. Pese a la controversia internacional, la postura oficial se mantiene firme en que la reubicación de vuelos responde a necesidades técnicas y no a imposiciones políticas.