La pobreza como herencia: cómo el modelo de desarrollo mexicano perpetuó la exclusión

Análisis profundo sobre la reducción de la pobreza en México: avances, desafíos estructurales y el papel de las políticas públicas en la transformación social.

masclaro.mx
today 18/08/2025

Por Mario Victorino


La reducción de la pobreza ha sido uno de los objetivos más reiterados en los discursos gubernamentales, planes de desarrollo y agendas internacionales. Sin embargo, detrás de los porcentajes y gráficas oficiales, persisten interrogantes sobre la profundidad, sostenibilidad y equidad de estos avances. ¿Estamos realmente erradicando la pobreza o simplemente maquillando sus cifras?


📊 ¿Qué significa “reducir la pobreza” en términos prácticos?

La pobreza no es solo la falta de ingresos. Es también la ausencia de acceso digno a salud, educación, vivienda, seguridad alimentaria y participación social. En México, la medición multidimensional del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha permitido una lectura más compleja del fenómeno, revelando que millones de personas pueden dejar de ser “pobres” por ingresos, pero seguir enfrentando carencias estructurales.

En los últimos años, los informes oficiales han mostrado una disminución en los niveles de pobreza extrema, atribuida principalmente a programas de transferencias directas como la Pensión para el Bienestar y Jóvenes Construyendo el Futuro. No obstante, especialistas advierten que estas estrategias, aunque necesarias, no sustituyen políticas integrales que transformen las condiciones estructurales que perpetúan la desigualdad.


🏘️ Políticas públicas: ¿asistencia o transformación?

La distinción entre políticas asistencialistas y transformadoras es clave. Las primeras alivian síntomas; las segundas atacan causas. En este sentido, la inversión en infraestructura educativa, acceso universal a salud, fortalecimiento del empleo formal y garantía de derechos laborales son pilares que aún presentan rezagos significativos.

Además, la pobreza tiene rostro: afecta de manera desproporcionada a mujeres, comunidades indígenas, personas con discapacidad y habitantes de zonas rurales. La interseccionalidad es fundamental para diseñar políticas que no solo reduzcan cifras, sino que reparen desigualdades históricas.


📉 ¿Qué hay detrás de las cifras?

La reducción de la pobreza puede ser celebrada como logro político, pero también debe ser analizada como resultado de múltiples factores: crecimiento económico, inflación controlada, remesas, y cambios metodológicos en la medición. En años recientes, el aumento de remesas ha sido un factor clave en la mejora de ingresos en hogares vulnerables, pero esto no implica una mejora estructural ni garantiza sostenibilidad.

Por otro lado, la inflación alimentaria y el encarecimiento de servicios básicos han erosionado el poder adquisitivo de los sectores más pobres, lo que plantea dudas sobre la verdadera mejora en su calidad de vida.


🧭 ¿Hacia dónde vamos?

La erradicación de la pobreza requiere más que voluntad política: exige visión de largo plazo, participación ciudadana, transparencia institucional y enfoque territorial. Las comunidades deben ser protagonistas en el diseño y evaluación de las políticas que les afectan. Además, la rendición de cuentas y la auditoría social son herramientas clave para evitar que los programas se conviertan en instrumentos clientelares.

En un contexto global marcado por crisis climática, migración forzada y desigualdad digital, la lucha contra la pobreza debe ser también una apuesta por la justicia social, la resiliencia comunitaria y la redistribución del poder.