¿Por Qué Celebramos El Grito de Independencia el 15 de Septiembre y No el 16? La Historia Detrás de una Tradición
Descubre la fascinante razón histórica por la que México celebra el Grito de Independencia el 15 de septiembre y no el 16. ¿Fue un capricho de Porfirio Díaz? Conoce la historia completa.

Por Mario Victorino
Cada año, la noche del 15 de septiembre, el Zócalo de la Ciudad de México y las plazas de todo el país vibran con el unísono grito de "¡Viva México!". El Presidente de la República, gobernadores y alcaldes emulan el llamado a las armas que dio inicio a la Independencia de México. Sin embargo, la historia nos dice que el evento que conmemoramos, el Grito de Dolores, ocurrió en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. ¿A qué se debe entonces que la fiesta más grande de la nación comience la noche anterior? La respuesta se encuentra en una mezcla de fervor popular y una decisión presidencial que buscaba unir la celebración patria con un festejo personal.
El Origen de la Verbena Popular
Contrario a la creencia popular de que fue una imposición total, la costumbre de celebrar desde la víspera del 16 de septiembre ya comenzaba a gestarse entre la población durante el siglo XIX. Las verbenas populares, la música y el ambiente festivo se apoderaban de las calles desde la noche del 15, anticipando el día oficial de la conmemoración de la Independencia.
La Decisión que Cambió la Tradición: Porfirio Díaz y su Cumpleaños
Sin embargo, fue durante el Porfiriato, el largo periodo de gobierno del general Porfirio Díaz, cuando esta práctica se consolidó y se hizo oficial. El presidente Díaz, nacido un 15 de septiembre de 1830, vio la oportunidad de fusionar su celebración de cumpleaños con la fiesta más importante para los mexicanos. A partir de 1896, por decreto presidencial, la ceremonia oficial del "Grito" se adelantó a la noche del 15 de septiembre, para hacerla coincidir con su onomástico.
De esta manera, la celebración del cumpleaños del mandatario se entretejió con el fervor patrio, creando una nueva tradición que ha perdurado hasta nuestros días. La logística favorecía esta decisión: una gran cena de gala y un baile se realizaban en Palacio Nacional en honor al presidente, y al filo de las 11 de la noche, éste salía al balcón central para dar el Grito de Independencia, marcando así el inicio de los festejos que se prolongarían durante todo el 16 de septiembre con el tradicional desfile militar.
La Verdadera Hora del Grito de Dolores
El Grito de Dolores original, protagonizado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla en el atrio de la parroquia de Dolores, Guanajuato, tuvo lugar en las primeras horas del 16 de septiembre de 1810. Se estima que fue alrededor de las 2 de la madrugada cuando, al repique de las campanas, Hidalgo convocó al pueblo a levantarse en armas contra el mal gobierno, un acto que encendió la chispa de una guerra que duraría once años y que culminaría con el nacimiento de México como una nación independiente.
Una Costumbre Arraigada en la Identidad Nacional
Así, lo que comenzó como una adaptación para celebrar a un presidente se ha convertido en una costumbre arraigada en el corazón de los mexicanos. La noche del 15 de septiembre es ahora sinónimo de fiesta, unidad nacional, antojitos, música de mariachi y fuegos artificiales, una catarsis colectiva que culmina con la solemne ceremonia del Grito, seguida por el Himno Nacional que enchina la piel. Aunque la fecha exacta del evento histórico sea la madrugada siguiente, la celebración del 15 por la noche es ya una parte indisociable de la identidad mexicana, un recordatorio de que la lucha por la libertad comenzó con un llamado en la oscuridad, un llamado que hoy resuena más fuerte que nunca.