Los hermanos Álvarez Ayala: el vínculo entre el CJNG y el asesinato de Carlos Manzo

Los hermanos Álvarez Ayala operan una red criminal que conecta al CJNG con el asesinato del alcalde Carlos Manzo. Su influencia política y vínculos con sicarios revelan el poder del narcotráfico en Michoacán.

Anayeli Tapia/Infobae
today 06/11/2025

Por Mario Victorino

 

El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, no fue un acto aislado. Detrás del crimen se encuentra una red criminal con raíces profundas en Michoacán: los hermanos Álvarez Ayala, operadores clave del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Tierra Caliente. Su estructura combina poder político, control territorial y vínculos directos con sicarios que ejecutan órdenes del cártel.

La ejecución de Manzo, ocurrida en un evento público el 1 de noviembre de 2025, fue atribuida a Osvaldo Gutiérrez Velázquez, alias “El Cuate”, un sicario vinculado a Omar Farías Chávez, conocido como “El Prángana” o “El Fénix”, subordinado directo de los Álvarez Ayala. El asesinato se habría ordenado tras la captura de René Belmonte, alias “El Rino”, jefe de plaza del CJNG en Uruapan, también ligado a la familia criminal.


🧠 ¿Quiénes son los Álvarez Ayala?

La familia está integrada por al menos cuatro hermanos: Ramón (“R1”), Rafael (“R2”), Roldán y Jesús Santiago Álvarez Ayala. Ramón y Rafael son considerados operadores de confianza de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG. Su influencia se extiende por Apatzingán, Buenavista, Aguililla y Uruapan, zonas clave para el trasiego de drogas y control territorial.

Roldán Álvarez Ayala fue alcalde de Apatzingán por el PRD y detenido en el operativo federal conocido como “Michoacanazo” en 2007. Aunque fue liberado, su nombre sigue apareciendo en reportes de inteligencia como parte del entramado político-criminal que sostiene al CJNG en la región.


🔗 El crimen de Manzo: represalia y mensaje

Carlos Manzo había denunciado públicamente la presencia del CJNG y Los Caballeros Templarios en Uruapan. Su asesinato fue interpretado como una represalia directa por parte del cártel, en respuesta a operativos recientes y capturas de mandos locales. La ejecución en plena vía pública envió un mensaje de control territorial y desafío a las autoridades.

La conexión entre “El Cuate”, “El Prángana” y los Álvarez Ayala revela cómo las órdenes de ejecución fluyen desde estructuras familiares con poder político hacia células armadas que operan con impunidad. El caso Manzo expone la fragilidad institucional en Michoacán y la capacidad del CJNG para infiltrar gobiernos locales.


🧩 Narcopolítica en Tierra Caliente

La red de los Álvarez Ayala representa un modelo de narcopolítica: familias con cargos públicos que operan como brazos logísticos del crimen organizado. Su permanencia en la región, a pesar de operativos federales y cambios de gobierno, muestra la profundidad del problema.

El asesinato de Carlos Manzo no solo es un crimen político, sino una advertencia sobre el poder real que ejercen estas redes. La impunidad, el silencio institucional y la normalización del narco como actor político son los verdaderos enemigos de la gobernabilidad en Michoacán.