La Revolución de la Proximidad

En los últimos años, las metrópolis han sido objeto de exhaustivos análisis en los laboratorios de planeación y desarrollo urbano de universidades, en los gremios de arquitectos, urbanistas e ingenieros, en organizaciones no gubernamentales, en cúpulas empresariales y por parte de instituciones gubernamentales y legislativas. 

masclaro.mx
today 12/12/2025

Por Alejandro Ramos Magaña

 

En los últimos años, las metrópolis han sido objeto de exhaustivos análisis en los laboratorios de planeación y desarrollo urbano de universidades, en los gremios de arquitectos, urbanistas e ingenieros, en organizaciones no gubernamentales, en cúpulas empresariales y por parte de instituciones gubernamentales y legislativas.  Estos estudios han identificado con precisión los desafíos que enfrenta la población en su entorno, particularmente en aquellas ciudades que han experimentado un crecimiento desmedido con importantes deficiencias en la planeación urbana y con enfoques centralizados, como es el caso de la Ciudad de México, entre otras.

Es imperativo implementar programas de descentralización que permitan a los habitantes acceder, en proximidad a sus domicilios, a servicios médicos, educativos, culturales, centros de trabajo, restaurantes, áreas de entretenimiento y espacios verdes.

Surge la interrogante sobre por qué los proyectos, provenientes de académicos, autoridades o expertos, no se concretan en planes maestros de desarrollo urbano a largo plazo, respaldados por un marco jurídico que garantice el desarrollo sustentable y la calidad de vida de la población.  La realidad es que todo permanece desarticulado y sujeto a las fluctuaciones políticas de los gobiernos en turno. La expansión del cemento sobre la superficie y el incremento del espacio ocupado por los vehículos persisten.  Esto no implica que seamos modernos, sustentables o que contemos con una población con un alto índice de bienestar.  Por el contrario, el caos urbano que experimentamos contradice cualquier discurso optimista.

El urbanista francocolombiano, Carlos Moreno, reconocido por su concepto de la Ciudad de los 15 Minutos, aboga por la discontinuación de la construcción de nuevas superficies de rodamiento para automóviles, argumentando que dicha práctica solo propicia la inducción del tráfico y, en consecuencia, incrementa la congestión vehicular y la contaminación del aire.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el tráfico intenso en metrópolis como la Ciudad de México y su Zona Metropolitana genera pérdidas económicas superiores a los 82 mil millones de pesos anuales.

Carlos Moreno, también académico de la Universidad Paris1 Panthéon Sorbonne, quien recientemente impartió conferencias en la Ciudad de México y presentó su libro “El Poder de la Proximidad”, sostiene que las ciudades que adoptan el plan de los 15 Minutos se caracterizan por la proliferación de espacios verdes, la descentralización de las actividades económicas y el desincentivo al uso del automóvil, lo que resulta en una reducción de las emisiones tóxicas a la atmósfera.

Este innovador plan de desarrollo urbano fomenta el debate sobre la necesidad de que los gobiernos rediseñen sus ciudades para garantizar que los habitantes tengan acceso a sus necesidades fundamentales en un radio urbano de 15 minutos a pie o en bicicleta desde sus viviendas.

En esencia, este enfoque plantea una forma de justicia urbana para los habitantes, quienes actualmente realizan traslados de sus viviendas al trabajo o a la escuela que implican viajes redondos de más de dos horas en el transporte de superficie.

El urbanista Carlos Moreno considera que el concepto de los 15 Minutos es fundamental para garantizar la salud de la población. Este enfoque debe estar integrado en un Programa General de Ordenamiento Territorial, con la condición de que se ejecute y se evalúe cada etapa de su desarrollo.  Cabe destacar que no se trata de una solución inmediata, sino de la elaboración de planes estratégicos de desarrollo a largo plazo, que abarcan varias décadas.

Desde 2016, Moreno promueve este modelo urbano de la Ciudad de los 15 Minutos, el cual se implementa en 100 ciudades alrededor del mundo.

Moreno resaltó que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, ha adoptado el concepto de los 15 Minutos para el proyecto de los centros territoriales Utopía.  En estos centros, se reutiliza suelo urbano que se encuentra mal ocupado o en desuso, con el objetivo de impulsar áreas de convivencia, deportivas, culturales y de servicios que se encuentren a corta distancia de la población. El gobierno capitalino tiene proyectado la construcción de 100 centros de Utopía para el año 2030.

Según el urbanista, los centros Utopía se enfocan en un nuevo ordenamiento territorial descentralizado.  Será interesante observar la magnitud de la transformación de la Ciudad de México en los próximos cinco años.


OTROS ENFOQUES

Distinguidos personajes en el ámbito nacional e internacional han prestado atención a este tipo de temas. Uno de ellos fue el arquitecto César Pelli (1926-2019), a quien tuve el honor de entrevistar en junio de 2011 en su estudio en New Haven, Connecticut.
Pelli identificó con precisión los desafíos que enfrentan las metrópolis, como la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.  Afirmó: “El crecimiento ha sido desordenado y anárquico, y durante años se toleró la afectación de áreas naturales, el descuido de la población y su convivencia, así como la construcción de edificios y viviendas alejados de los centros de salud, trabajo, comercios y sistemas de transporte público masivo.  Esto ha resultado en la creación de ‘parches urbanos’ y en el olvido del peatón, los ciclistas, los estudiantes y los trabajadores.  Actualmente, se observan estéticas torres habitacionales u oficinas que son ‘frías’ y carecen de vida en su entorno inmediato.  Estos factores inciden negativamente en la salud de la población”.

Pelli, el arquitecto del World Financial Center de Nueva York, las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasia, y la Torre Mitikah en la Ciudad de México (la más alta de América Latina), entre otros proyectos, concluyó su comentario: “Los planes urbanos deben garantizar la creación de ciudades dentro de las ciudades para mantener un nivel óptimo de calidad de vida para sus habitantes y evitar que inviertan horas en desplazarse de un punto a otro”.

La desarticulación urbana se ha convertido en un problema significativo que dificulta la movilidad, una de las actividades esenciales de los ciudadanos. Los desplazamientos hacia centros laborales, de salud o educativos son extensos, lo que obliga a las personas a invertir en promedio tres horas en viajes de ida y vuelta. Los urbanistas advierten que cuando un individuo dedica más de 30 minutos a un traslado, el estrés, la angustia, el malhumor y la desesperación contribuyen al deterioro de la salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 75% de la población mexicana experimenta estrés, lo que impacta gravemente el sistema inmunológico y provoca enfermedades crónicas severas. Las afecciones más comunes incluyen hipertensión arterial, cefaleas, alteraciones de la memoria, disminución de la capacidad cognitiva, diarrea, fatiga, diabetes, obesidad, problemas dermatológicos y enfermedades cardíacas.

Estos problemas de salud no consideran los efectos de la mala calidad del aire, ya que en el Valle de México, más del 90% de los días del año presentan altos niveles de contaminación por ozono y partículas finas.

Las autoridades ambientales de la Ciudad de México estiman que, anualmente, 48,000 personas fallecen prematuramente debido a enfermedades asociadas con la mala calidad del aire, en las que la mala calidad de los combustibles también contribuye a la contaminación atmosférica.

“El avance científico se desarrolla a un ritmo acelerado, y es previsible que, en un futuro próximo, se alcancen soluciones alternativas para mitigar la contaminación atmosférica. Sin embargo, el suelo natural, devastado por la expansión incontrolada de la mancha urbana, es un recurso irrecuperable. Este deterioro conlleva la pérdida irreversible de servicios ambientales cruciales en la región del Valle de México”, me lo dijo el Premio Nobel de Química, Mario Molina (1943-2020), en una entrevista.

En el contexto de la reciente crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2, resulta imperativo que los diseñadores de proyectos urbanos, legisladores y autoridades encargadas de la aplicación de las leyes adopten un modelo de desarrollo orientado a la salud pública y a la proximidad. Este modelo debe priorizar el transporte público, la vivienda y la distribución inteligente del espacio público, al tiempo que se mejora la calidad de los servicios para reducir la desigualdad social, tal como lo recomiendan los urbanistas.

Es fundamental considerar a las personas que actualmente dedican entre 3 y 4 horas a sus traslados diarios, y trabajan jornadas de 12 a 14 horas, en los futuros planes de desarrollo. Las ciudades y el país en su conjunto deben implementar transformaciones cualitativas para evitar que el estrés, las enfermedades crónicas y los virus, derivados de políticas urbanas deficientes, continúen cobrando vidas.