Más allá del símbolo: El poder real que obtiene Palestina al ser reconocida como Estado

Reconocer un Estado palestino va más allá de un gesto simbólico. Descubre las implicaciones legales, diplomáticas y prácticas de esta decisión y cómo impacta en la búsqueda de la solución de dos Estados en el conflicto israelí-palestino.

masclaro.mx
today 22/09/2025

Por Mario Victorino


En el complejo tablero de la geopolítica mundial, pocas acciones tienen tanto peso simbólico y diplomático como el reconocimiento de un nuevo Estado. Recientemente, la decisión de países como España, Irlanda y Noruega de reconocer oficialmente al Estado de Palestina ha reavivado el debate global. Pero, más allá del titular, ¿qué significa en la práctica este reconocimiento? Lejos de ser un mero gesto, es un acto con profundas consecuencias legales, políticas y, sobre todo, para el futuro del conflicto israelí-palestino.

 

El Fundamento: ¿Qué es un Estado en el Derecho Internacional?

Para comprender el impacto del reconocimiento, primero es necesario entender qué constituye un Estado. Tradicionalmente, el derecho internacional se basa en la Convención de Montevideo de 1933, que establece cuatro criterios clave:

  • Una población permanente.
  • Un territorio definido.
  • Un gobierno.
  • La capacidad de entrar en relaciones con otros Estados.

En el caso palestino, estos criterios son el centro del debate. Aunque cuenta con una población y un gobierno (la Autoridad Nacional Palestina), su territorio —Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este— está fragmentado y bajo ocupación militar israelí, lo que limita severamente su capacidad de ejercer un control soberano efectivo.

El reconocimiento por parte de otros países es un acto político unilateral que afirma que, a pesar de estos desafíos, la entidad palestina cumple con los requisitos para ser considerada un Estado soberano. Es una declaración de que Palestina no es una simple autonomía, sino un igual en la comunidad de naciones.

 

Las Implicaciones Políticas y Diplomáticas

 

El principal efecto del reconocimiento es político. Para los palestinos, representa una validación fundamental de su lucha por la autodeterminación y su identidad nacional. Fortalece su posición en la escena mundial y les otorga una mayor legitimidad para defender sus derechos en foros internacionales.

Las implicaciones concretas incluyen:

  • Elevación del Estatus Diplomático: Las delegaciones y misiones palestinas en los países que los reconocen pueden ser elevadas al rango de embajadas, otorgando a sus representantes plenos privilegios e inmunidades diplomáticas.
  • Fortalecimiento en Negociaciones: Al ser tratado como un Estado, la Autoridad Nacional Palestina gana peso en cualquier futura negociación de paz con Israel. La dinámica cambia de una conversación entre una potencia ocupante y una entidad ocupada a un diálogo entre dos Estados soberanos.
  • Presión Internacional sobre Israel: Cada nuevo reconocimiento aísla diplomáticamente las posturas que niegan la viabilidad de un Estado palestino. Incrementa la presión sobre Israel para que ponga fin a la expansión de asentamientos en Cisjordania, considerados ilegales por el derecho internacional y el principal obstáculo para una solución territorial.


Consecuencias Legales y Prácticas

Aunque el reconocimiento no altera de inmediato la realidad en el terreno, sí abre puertas en el ámbito legal. Como Estado, Palestina tiene una base más sólida para:

  • Adherirse a Tratados y Organizaciones Internacionales: Un Estado reconocido puede firmar y ratificar tratados internacionales, así como solicitar la membresía plena en organizaciones de las Naciones Unidas, más allá de su estatus actual de "Estado observador no miembro".
  • Acceder a la Justicia Internacional: Refuerza su capacidad para llevar casos ante tribunales internacionales, como la Corte Penal Internacional (CPI) o la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para denunciar crímenes de guerra o violaciones de derechos humanos cometidos en su territorio.

Sin embargo, es crucial entender que el reconocimiento no crea un Estado de la nada. Palestina aún no ejerce soberanía plena sobre su territorio. Israel mantiene el control militar sobre Cisjordania, controla las fronteras, el espacio aéreo y el acceso a los recursos naturales. Por tanto, el reconocimiento es un paso fundamental, pero no el último, en el camino hacia un Estado funcional e independiente.

 

Un Impulso a la Solución de Dos Estados

La mayoría de los países que reconocen a Palestina lo hacen en el marco de la solución de dos Estados, la fórmula diplomática más aceptada internacionalmente para resolver el conflicto. Esta solución contempla la creación de un Estado palestino independiente y soberano junto al Estado de Israel, basándose generalmente en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como su capital.

Para sus defensores, reconocer a Palestina ahora es una forma de proteger esta solución, que ven cada vez más amenazada por la expansión de los asentamientos y la falta de un proceso de paz viable. Es un intento de nivelar el campo de juego y enviar un mensaje claro: la única salida duradera al conflicto es aquella que garantiza la seguridad y la dignidad tanto de israelíes como de palestinos en sus propios Estados.

En conclusión, reconocer al Estado palestino es una poderosa herramienta diplomática. Es un acto que otorga legitimidad, fortalece la identidad nacional palestina y reconfigura el equilibrio de poder en la búsqueda de una paz justa y duradera en Oriente Medio. Aunque no borra los obstáculos físicos de la ocupación, construye los cimientos políticos y legales sobre los cuales un futuro Estado soberano puede, eventualmente, hacerse realidad.