Trump prepara despliegue militar en Portland, Chicago y Memphis
El presidente Donald Trump planea desplegar fuerzas militares en Portland, Chicago y Memphis como parte de una ofensiva federal contra el crimen. La medida genera tensión con autoridades locales y reabre el debate sobre el uso político de la fuerza.

Por Mario Victorino
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado planes para enviar fuerzas militares a las ciudades de Portland, Chicago y Memphis, como parte de una estrategia nacional para combatir lo que él denomina “zonas de guerra urbana”. El despliegue incluiría agentes federales, unidades tácticas y personal militar especializado en operaciones urbanas, en respuesta a lo que la Casa Blanca califica como “colapso institucional” en gobiernos locales.
La decisión ha encendido alarmas entre alcaldes, gobernadores y organizaciones civiles, que acusan al presidente de militarizar el país con fines políticos. Las tres ciudades han sido escenario de protestas, violencia armada y tensiones raciales en los últimos meses, lo que ha sido utilizado por el gobierno federal como justificación para intervenir directamente.
Portland: el laboratorio del conflicto
Portland, Oregon, ha sido uno de los epicentros de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas federales desde 2020. Trump ha insistido en que la ciudad está “fuera de control” y que el gobierno local ha fallado en garantizar la seguridad. El nuevo despliegue incluiría refuerzos para instalaciones federales, patrullajes en zonas comerciales y vigilancia en áreas residenciales con alta incidencia delictiva.
La alcaldía ha rechazado la medida, argumentando que la presencia militar solo intensifica el conflicto y vulnera la autonomía local. Sin embargo, el presidente ha reiterado que no necesita autorización estatal para proteger “infraestructura crítica” y “restaurar el orden”.
Chicago: violencia armada y control territorial
En Chicago, Illinois, el gobierno federal planea enviar unidades de inteligencia y fuerzas especiales para intervenir en zonas con altos índices de homicidios y tráfico de armas. Trump ha calificado a la ciudad como “una tragedia nacional” y ha culpado a las autoridades locales de permitir el crecimiento de pandillas y redes criminales.
El despliegue incluiría operativos conjuntos con agencias como el FBI, la DEA y el ICE, con énfasis en el control de armas ilegales y la disolución de células delictivas. La medida ha sido recibida con escepticismo por parte de líderes comunitarios, que temen una escalada de violencia y represión.
Memphis: vigilancia preventiva y presencia federal
Memphis, Tennessee, se suma a la lista de ciudades donde el presidente planea enviar fuerzas militares. Aunque no ha sido escenario de disturbios masivos, la Casa Blanca argumenta que la ciudad enfrenta “riesgos emergentes” por el crecimiento de redes de narcotráfico y violencia juvenil.
El despliegue en Memphis tendría un carácter preventivo, con patrullajes federales, monitoreo de redes sociales y vigilancia en escuelas y centros comunitarios. El gobernador republicano Bill Lee ha respaldado la medida, mientras que organizaciones civiles han advertido sobre posibles violaciones a derechos humanos.
¿Militarización o estrategia electoral?
El anuncio de Trump se da en medio de un clima político polarizado, donde la seguridad pública se ha convertido en eje de campaña. Críticos señalan que el presidente utiliza el miedo como herramienta electoral, mientras que sus seguidores celebran la “mano dura” como respuesta a la inseguridad.
El despliegue militar en ciudades gobernadas por demócratas también ha sido interpretado como una provocación institucional, que busca desacreditar a sus adversarios políticos y consolidar una narrativa de caos urbano.